Hazaña histórica de los de Simeone en un partido que se podría definir con una sola palabra: Resiliencia. Un término que define también a los equipos de Simeone porque no hay cosa más admirable que la capacidad de resistir a los contratiempos durante el partido para acabar asestando la puñalada final para llevarse la victoria. Y así fue.

Primer tiempo

El Atleti salió de inicio con Morata y Correa en detrimento de Diego Costa, quedando este relegado al banquillo y de un João Félix lesionado. Con esto, se presentó una primera parte en la que el Real Betis adelantó mucho la línea defensiva para encerra a un Atleti que no encontraba la solución pese a gozar de espacios a espalda de la defensa.

Tras una jugada embarullada y un rechace de Marcos Llorente, la bola la cazaría Ángel Correa en el área bética para mandarla a guardar. Aquí entró en escena un actor secundario que sería importante, el VAR, que anuló el gol por una mano clara de Llorente.

Con la defensa tan adelantada del Betis, bastó un pase filtrado entre los defensores para que Morata los aprovechara y marcara el segundo de la noche..., aunque el VAR no estaría de acuerdo y lo anularía por un riguroso fuera de juego.

A partir de aquí, el Betis experimentaría un crecimiento paulatino que le haría dominador del encuentro con múltiples llegadas a la portería de Oblak.

Segundo tiempo

Tras unos primeros minutos de la segunda parte en los que parecía dormido el Atlético de Madrid, Simeone agitó el avispero metiendo a Carrasco, Costa y Vitolo por Saúl, Morata y Llorente

Si bien las dos acciones anteriores en las que actúo el VAR pudieron suponer un golpe anímico para  el equipo, la expulsión por roja directa de Mario Hermoso tras zancadillear por detrás a Loren no ayudó tampoco. La acción la revisaría el VAR, pero la roja era clara. Simeone realizó su último cambio dando entrada a Felipe por Correa para acabar jugando un 4-4-1

Un Betis que olía sangre, cada vez acechaba más al equipo rojiblanco, muestra de ello fue un mano a mano de Loren contra Oblak que el delantero español falló inexplicablemente cuando lo tenía todo a su favor.

Por su parte, el conjunto rojiblanco esperaba una contra o una acción aislada para llevarse los tres puntos que le permitirían sellar su pase matemático a Champions League el año que viene. 

Y así fue, una falta provocada por Carrasco y que el mismo botó, acabó por rematarla de una forma poco ortodoxa Diego Costa para darle la victoria al Atleti. Por supuesto, en una acción así no iba el VAR a esconderse, la acción tras unos minutos para revisarla por posible mano del hispanobrasileño, subió al marcador.

El Atlético al que nos tiene acostumbrados Simeone

No es casualidad que el Atleti de Simeone resista tanto en partidos así, es una característica que predomina en los mejores equipos del mundo: Real Madrid, Barcelona, Bayer Munich, Juventus, Liverpool. Hay partidos que por más que el rival presione y achuche, el equipo grande, por calidad de plantilla o seguridad en sí mismo, acaba por llevarse el encuentro.

Simeone está logrando identificar al Atleti con esta característica, y está consiguiendo implantar una filosofía ganadora propia también de dichos equipos, muestra de ellos son las ocho clasificaciones concatenadas del conjunto atlético para la Champions League, hito histórico si lo comparamos con que en toda su historia se había clasificado solamente ocho veces.

Si en Inglaterra la tradición es hacerle una escultura a personajes históricos del club, en el Atlético de Madrid deberían darle un estadio al técnico argentino. Pobre el que dude de la palabra de Simeone.