El Real Madrid se impuso al Villarreal en un choque vibrante con un final de infarto que concluyó con un 2-1 en el luminoso de Valdebebas, escenario escogido por el destino para que los blancos, encabezados por Sergio Ramos, levantasen su 34ª Liga Santander después de conseguir diez victorias en los diez encuentros post-parón. En la sombra, como parece ser la tónica habitual, Zinedine Zidane y su media sonrisa; la misma que iluminó a los vikingos durante las tres UEFA Champions League que los pupilos del entrenador galo alcanzaron en cinco años. Zizou, que llegó a la entidad merengue de casualidad -con el paso de los años, término que puede haberse transformado en causalidad-, con un sinnúmero de críticas y detractores que llegaron a cuestionar su valía como técnico de uno de los mejores equipos de las cinco grandes Ligas, consigue su segundo campeonato doméstico en una campaña de ensueño en la que los blancos se han mostrado intratables en los momentos decisivos. 

Como técnico de la institución madridista, Zinedine Zidane ha conseguido dos de tres Ligas, tres de tres UEFA Champions League, dos de dos Supercopas de España y de Europa, además de otros dos Mundiales de Clubes. Los números, que en el fútbol moderno acostumbran a determinar la estimación de los primeros entrenadores, son sobresalientes, casi perfectos; algo imposible de alcanzar en un deporte tan exigente y exigido como el fútbol. No obstante y relegando esta cuestión a un segundo plano, el conjunto blanco ha demostrado una solidez impropia de los partidos pre-parón. Lejos quedan aquellos duelos en los que los vikingos quedaban a merced del rival pese a contar con una amplia y extensa nómina de jugadores jóvenes de calidad y talento. 

En la sombra, apartado de los focos y las luces que alumbran a los nombres propios del Real Madrid, Zinedine Zidane, su sonrisa y su tan característica parsimonia comandan a una plantilla histórica que ha conseguido el título número 34 de LaLiga Santander. El francés, que dejó una huella imborrable en la capital española como jugador de fútbol profesional, continúa su legado desde el banquillo; demostrando, una vez más, que se trata de un excelso gestor de grupo que parece haber devuelto a los blancos a su habitat natural, al primer puesto de una competición doméstica que queda teñida de blanco. 

VAVEL Logo