27 de octubre de 2010. Pitido final en Las Gaunas. Cinco años después de la desaparición del mítico Club Deportivo Logroñés, volvió el fútbol de máximo nivel a Las Gaunas y lo hizo de la mano de la Unión Deportiva Logroñés, que se enfrentó en 1/16 de Copa del Rey frente al Valencia. En aquel entonces, el conjunto ché estaba dirigido por Unai Emery y tenía en sus filas jugadores como Isco, Aduriz, Joaquín, Albelda, Mata, Jordi Alba o Banega. El partido terminó 0-3 (doblete de Aduriz y gol de Vicente) y se vio un equipo que, lejos de mostrar el nivel futbolístico de su predecesor, aguantó toda la primera parte y sucumbió en la segunda ante un rival de élite de Primera División. Logroño fue, por vez primera, consciente de que había un equipo que iba a luchar por lograr lo que algún día ya se consiguió: fútbol de primer nivel en la capital riojana.

30 de mayo de 2015. Pitido final en Torrent. Tras 210´de eliminatoria, termina en Torrent uno de los partidos más peculiares de playoff de ascenso a Segunda A. Huracán Valencia y UDL se volvían a enfrentar una semana después de jugar en Las Gaunas y empatar a 1. Cuando la Unión Deportiva mandaba en el marcador por 0-1, en el minuto 72 se “lesiona” el árbitro principal Juan Luis Pulido Santana y en los altavoces del campo de Torrent resuena: ¿Hay algún árbitro en la grada? Este surrealista episodio terminó con un aficionado del Huracán Valencia como árbitro linier, que pitó el segundo penalti del partido a favor del Huracán y expulsó a Moisés, lateral izquierdo de la UDL. Los locales no perdonaron desde los 11 metros y el partido fue a la prórroga. Una vez ahí, Chevi -centrocampista del equipo de Logroño- fue expulsado por el mismo “árbitro”. El Huracán aprovechó la superioridad y terminó marcando el 2-1 definitivo que puso fin a la primera participación de la Unión Deportiva Logroñés en unos playoff. 5 años después, uno de aquellos de los protagonistas que vivieron este “singular” suceso – dejemos a un lado la subjetividad- como fue Titi, lo define como “el mayor robo que me han pegado nunca”.

13 de marzo de 2017. Los 400 de Sestao. “En las buenas y en las malas”: eso decía la pancarta que lucieron los más de 400 aficionados blanquirrojos que acudieron a Las Llanas. Aquella vez – que se note-, eran “las malas”. Una Unión Deportiva Logroñés -casi en descenso a 3ª división- visitaba el estadio del Sestao River (rival directo en la parte baja de la tabla). Un gol de cabeza de César Caneda en el minuto 48 le dio al equipo riojano la ventaja suficiente para llevarse los tres puntos de Sestao. Sin embargo, los allí presentes fueron conscientes de que, en aquella lluviosa tarde de domingo, esa gesta era más que tres simples puntos. Félix Revuelta ofreció autobuses para animar al equipo fuera de casa y los fieles abonados del club logroñés acompañaron al equipo en una victoria que quedó marcada en la historia del club.

9 de diciembre de 2018. Los 1000 de Anduva. Haz memoria. ¿Acaso recuerdas que hiciste un domingo de diciembre de hace casi dos años? Por supuesto que no. Y probablemente, muchos aficionados de la UDL tampoco. Probablemente muchos, pero no todos, ya que los 1000 de Anduva seguro que lo recuerdan. Esa semana, la Unión Deportiva Logroñés comenzó por redes sociales un llamamiento a los aficionados con el hashtag #TomemosAnduva y la afición blanquirroja respondió. Más de mil logroñeses acudieron a Miranda de Ebro para disfrutar del partido entre Mirandés – UD Logroñés que terminó 1-0 a favor de los locales. Aunque ese día el marcador reflejó lo contrario, la Unión Deportiva Logroñés ganó, y ganó mucho. Ganó el cariño de sus aficionados; ganó en el hecho de que, aunque el equipo jugase fuera, la afición respondería y, en resumen, ganó en sentimiento.

Estos cuatro partidos no resumen, ni por asomo, la corta -10 años-, pero intensa historia de la Unión Deportiva Logroñés. Podríamos comenzar una lista de esas en las que al principio se dicen un montón de partidos para recordar y luego vienen vagos recuerdos a la mente de encuentros pendientes de apuntar. “¿Y te acuerdas de aquel partidazo contra el Bilbao Athletic con cuatro goles de Reguilón?” […] “¿Y del gol con el que nos empató el Langreo en el minuto 94 en una jugada en la que el defensa se recorrió el campo, se fue de todos y metió gol?” […] “¿Y el ambientazo contra el Badajoz el año pasado?”. Como dirían otros: “Historia que tú hiciste, historia por hacer”.

Este sábado, a las diez de la noche en Málaga (La Rosaleda), el árbitro indicará el comienzo del partido que la ciudad de Logroño lleva años esperando. La Unión Deportiva Logroñés se enfrentará al Club Deportivo Castellón en la primera final de los super playoff de campeones. El vencedor de este partido no sumará tres puntos ni entrará en puestos de ascenso; ni siquiera se salvará de los puestos de descenso. El que resulte ganador conseguirá algo que UDL y Castellón buscan hace varios años: ascender a Segunda División.

Mentiría si dijese que los aficionados de la UDL saben que este partido son simples noventa minutos. Cada minuto es una pequeña parte de los 10 años de historia del club. Un minuto por Torrent, otro por Badajoz, por Villareal, por Alicante, por Socuéllamos… Son minutos de frío, de calor, de sudor, de lágrimas, de bengalas, de bocadillos, de corteos, de nervios, de gritos, de butacas rotas, de desánimos, de penaltis, de goles, de esperanzas… Son minutos de fútbol, y quienes mejor lo saben -o lo deberían saber- son los blanquirrojos que desde 2009 han apoyado al equipo, -como decían en Sestao -, “en las buenas y en las malas”.

En esta ocasión, vivimos “las buenas” (si es que nuestro conocido COVID-19 nos permite decirlo) y también mentiría si dijera que Logroño no lo sabe. La ciudad se ha unido -hablamos, por supuesto, figuradamente- más que nunca. En definitiva, es más que un ascenso. Es que 20 años después, el fútbol de máximo nivel vuelva a la capital riojana; es que vuelvan los domingos de corteo por República Argentina; es que los más pequeños vayan a Las Gaunas con sus padres o abuelos y que revivan las historias que sus húmedos ojos añoran y desean. Prueba de ello son la infinidad de banderas blanquirrojas que ondean en los balcones logroñeses y que encabezan gran parte de los edificios públicos en Logroño. El Ayuntamiento de la capital riojana ha hecho un llamamiento a la responsabilidad y la cordura dirigido a todos los aficionados blanquirrojos, que no podrán ir a su deseada Murrieta -no es una diosa, es una fuente- a celebrar algo que en tres intentos previos ha resultado fallido. Huracán Valencia, Sevilla Atlético y Hércules han echado por tierra todas las esperanzas que habían sido depositadas en esas tentativas y a esa lista esperan que no se sume el Castellón.

Al fin y al cabo, solo han sido diez años de espera. Al fin y al cabo, solo han sido tres playoffs en los que fueron derrotados. Al fin y al cabo, solo es el ansiado Ascenso a Segunda División y el hecho de escuchar el -placentero- grito de “Gol en Las Gaunas” a nivel nacional. Al fin y al cabo, tan solo una hora y media separa a la Unión Deportiva Logroñés de que su sueño se convierta en una realidad. Al fin y al cabo, es el sentimiento de una ciudad entera que vive una de sus noches más importantes a nivel deportivo. Al fin y al cabo, solo son 22 tipos corriendo 90 minutos detrás de un balón.