Sergio Díaz recaló hace varias temporadas en el fútbol español, en concreto en las filas del Real Madrid, con la vitola de jugador determinante de cara al futuro. Su contratación se produjo para reforzar la línea de ataque del Castilla en un nuevo intento de ascender a la división de plata. Sin embargo, la complejidad que la Segunda División B lleva implícita se impuso y frenó la proyección de lo que en aquel entonces era considerado como uno de los jugadores más trascendentes del fútbol latinoamericano. Su periplo como jugador del filial blanco fue irregular e intermitente; el ariete paraguayo lo intentaba, pero pecó de individualista y no terminó de adaptarse a una categoría tan difícil y exigente como lo es la Segunda División B. Pese a no brillar y no cumplir la expectativas, el Club mantuvo su confianza en el futbolista de 22 años y Sergio Díaz logró debutar con el primer equipo; un mero espejismo de lo que sería su aventura en la capital española. 

Ante la imposibilidad de hacerse un hueco en el primer equipo y dando por concluida su etapa en el Real Madrid Castilla, el equipo merengue optó por una cesión para tratar de recuperar la mejor versión del punta guaraní. Sergio Díaz, en su afán por volver a disfrutar del deporte de Paraguay, aterrizó en la disciplina de Cerro Porteño, sin presión mediática y con una oportunidad de lujo para desplegar su tan característico fútbol. En su periplo en el deporte paraguayo, el todavía futbolista del escuadrón merengue dejó detalles de calidad, pero no terminó de despuntar. Por ende, el Real Madrid, buscando mantener viva la confianza depositada en un inicio en el joven delantero, ha optado por una nueva cesión, esta vez en el América, conjunto en el que permanecerá, al menos, una temporada y media.

Su llegada al fútbol mexicano se reduce a una de las últimas oportunidades de las que dispondrá Sergio Díaz para tratar de convencer al Real Madrid de que todavía es un jugador apto y válido para triunfar en el siempre exigente y exigido fútbol de élite español. América, con la incorporación de la joya guaraní, se hace con los servicios de un delantero eléctrico, veloz, desequilibrante y versátil, ya que puede rendir partiendo desde el costado izquierdo, como punta referente e incluso como segundo ariete.