El conjunto blanquivioleta ha firmado una de sus mejores campañas desde la llegada de Sergio a los banquillos de Zorrilla, ya que el equipo se ha alejado seis puntos del descenso e incluso pudo conseguir la salvación matemática dos jornadas antes del final de temporada. La gran actuación del Real Valladolid es gracias en parte al técnico catalán, que ha sido capaz de confeccionar un sistema adaptado a las necesidades y circunstancias que rodeaban al club, siendo uno de los equipos más regulares de la máxima categoría española.

Sergio González ha sido fiel al mismo esquema durante toda la campaña sin discusión: el 4-4-2. El planteamiento de esta formación venía acompañado de varios matices que hacían del Valladolid un equipo compacto difícil de marcar y por tanto de ganar. El sistema mejoraba las fortalezas de la plantilla como la solidez defensiva y la buena colocación de los jugadores en el campo. Sin embargo, el Pucela se ha visto en una difícil situación a la hora de realizar las jugadas ofensivas debido a la escasez de eficacia y recursos en los últimos metros.

En defensa, el entrenador blanquivioleta ha potenciado el juego de los dos centrales habituales, Kiko Olivas y Salisu. En el caso del segundo, el técnico le dio la oportunidad recién llegado del filial y poco a poco el ghanés se convirtió en uno de los futbolistas clave de la plantilla, tanto es así que el Southampton inglés ya ha abonado su cláusula de 12 millones de euros para hacerse con sus servicios la próxima temporada. En cuanto a los laterales, Sergio prevalece las tareas defensivas a las internadas en ataque con el objetivo de no desequilibrar el bloque compacto que forma el equipo, aunque por la banda izquierda con Nacho y Carnero suelen descolgarse para sumar en las ofensivas blanquivioletas.

A la hora de sacar el balón jugado, al Valladolid no le quema el balón en los pies. Los hombres de Sergio han sido capaces de jugar correctamente tanto con el dominio del balón como viéndose dominado por el rival, la solidez del sistema del técnico catalán ha potenciado al equipo con los recursos necesarios para intentar sacar los partidos adelante. El centro del campo pucelano está formado por jugadores de recorrido permanente en los transcursos de los encuentros, como Alcaraz o Fede, que trabajan en la recuperación del balón y además tienen llegada a zona de tres cuartos en fase ofensiva.

Ya en clave transición en ataque, Sergio González no ha potenciado de la misma manera a sus delanteros que en la parte defensiva. El Valladolid ha sido el tercer equipo con menos goles a favor de toda la competición, únicamente con 32 tantos. Es cierto que a la falta de eficacia se le suma la escasez de suerte en las ocasiones de la escuadra blanquivioleta, ya que a la hora de realizar jugadas ofensivas el Pucela las desarrollaba con gran habilidad en ciertas ocasiones gracias al desparpajo de los extremos y el papel protagonista de Enes Ünal bajando los balones o jugando de espaldas, pero al finalizar faltaba ese punto de fortuna para que los goles llegasen.

Por último, cabe destacar la actitud de Sergio en las ruedas de prensa antes y después de los encuentros. El técnico de la escuadra vallisoletana cargaba de positividad y motivación la moral de los jugadores sin tener en cuenta el resultado. Siempre ha creído en el proyecto que le propuso el club a pesar de estar a un paso de descender la temporada pasada, y ha conseguido mantener al equipo dos campañas seguidas en la máxima categoría española bajo las circunstancias que contextualizan la situación del Real Valladolid. Todo apunta a que el año que viene el héroe blanquivioleta seguirá en el banquillo pucelano, y, aunque se le ha relacionado con otros clubes, la directiva y jugadores están satisfechos con el trabajo del técnico catalán que seguirá al menos una temporada más.