Raúl González Blanco y sus pupilos superaron, en los octavos de final de la máxima competición continental, a un Inter de Milán muy físico, pero poco productivo con el esférico en los pies. Una vez el colegiado decretó el final del tiempo reglamentario, el luminoso del Colovray Stadium lucía un 0-3 que, atendiendo al juego desplegado por ambos equipos, parecía quedarse corto. Además del buen resultado cosechado por el Juvenil A del Real Madrid, las noticias positivas fueron varias, dado que, en la holgada victoria ante el escuadrón italiano, debutaron por primera vez en la competición europea por antonomasia jugadores como Israel Salazar, nacido en 2003, o Peter, hábil centrocampista ofensivo nacido en el año 2002. 

En el caso de Sala, se trata de un delantero veloz, con olfato goleador, que destaca gracias a su potente y trabajado tren inferior y que cuenta con un amplio abanico de registros que lo erigen como uno de los mayores proyectos de ariete de La Fábrica. Natural de Badajoz, perfiló la línea de ataque del Infantil B en la temporada 2015/2016 y, desde entonces, su aportación ha sido excepcional. En el caso de Peter, despuntó en las categorías inferiores del Getafe como consecuencia de su habilidad con ambas piernas, destello que también ha ofrecido en el choque ante el Inter de Milán, partiendo como carrilero por el costado diestro, pero manejando el esférico con la bota izquierda. 

Después de avanzar a las semifinales de la UEFA Youth League, ambos canteranos dispondrán el próximo sábado, ante el Red Bull Salzburgo, de una nueva oportunidad para ganar minutos y rodaje en una competición  exigente en la que nadie regala nada. Asimismo, Álvaro Carrillo, Lucas Cañizares y Lucas Alcázar todavía no han dispuesto de oportunidades para demostrar su talento y valía. No obstante, se espera que disfruten de un papel fundamental en la siguiente edición de la UYL que se dispute, puesto que son piezas clave del Juvenil B.