Y nueve meses después, el telón de la UEFA Women’s Champions League volvía a descubrirse en el estadio de San Mamés. Sin público alentando cada jugada y con el vocerío de las jugadoras como único eco de fondo, el Barça Femení saltaba sobre el césped donostiarra con un ‘once’ completamente ofensivo a causa de la entrada de Jennifer Hermoso en el interior y un tridente letal al compás de Lieke Martens y Caroline Graham en los flancos. En la punta de ataque Asisat Oshoala, la gacela de Nigeria la elegida para tumbar el entramado defensivo instaurado por Daniel González. La gran sorpresa en la pizarra de Lluís Cortés llegaba con la internada de Kheira Hamraoui, de sobrada experiencia en duelos de altura, para asociarse a la perfección con la capitana Alexia Putellas. Atrás no había dudas: Marta Torrejón, que recibía el alta antes de viajar a Bilbao, Andrea Pereira, Mapi León y Leila.

El Atlético de Madrid, cauteloso y dispuesto a batallar hasta el último suspiro, colocaba una línea de cinco para cubrir la espalda de la veterana cancerbera Hedvig Lindahl. Si el Barça Femení prolongaba el bloque que tan buenos resultados había cosechado hasta la fecha, el técnico madrileño instauraba hasta siete cambios respecto al ‘once’ que mostraba en la semifinal de la Supercopa de España frente a las catalanas. Del partido en el Helmántico de Salamanca sólo repetían titularidad Aïssatou Tounkara, Carmen Menayo, Ángela Sosa y Toni Duggan. El resto, cinco caras nuevas (Alia Guagni, Merel Van Dongen, Jade Moore y Turid Knaak) y la necesidad de remar a contracorriente con Kylie Storm en la banda y la capitana Amanda Sampedro.

El Atlético de Madrid haciendo piña en el Johan Cruyff. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Apagando el fuego

Era el primer duelo español en una eliminatoria de la UEFA Women’s Champions League y el respeto acariciaba con sutileza el ambiente en San Mamés. Pese a los infortunios que rodeaban al Atlético de Madrid, las ‘colchoneras’ saltaban sobre el tapiz lanzando la presión arriba. Con las zagueras muy cerca del círculo central, las jugadoras de Daniel González espantaban la idea de esperar atrás a las azulgranas. Tanto es así que a los diez minutos de juego llegaría la primera y única ocasión de las ‘rojiblancas’ en la primera mitad. Kylie Strom, forzada en el segundo palo tras un buen centro de Turid Knaak, remataba demasiado alto el cuero que acababa paseándose delante de la garita de Sandra Paños. No hubo más ocasiones. No hubo más Atlético. 

La gran salida del Atlético de Madrid jugando desde atrás abriendo las bandas apenas encontraría la persistencia deseada. Castigadas por la carencia de entrenamientos, las madrileñas sucumbían al ataque forjado por las azulgranas. Manteniendo la posesión de la redonda y aprovechando las imprecisiones del rival, las pupilas de Lluís Cortés gozaban de las mejores ocasiones del primer tiempo. Sin embargo, sucumbiendo ante la adversidad, la figura de Hedvig Lindahl se erguía en la Catedral como salvavidas frente a la tempestad. Exhibiendo unas manoplas celestiales, la veterana arquera sueca desbarataba las intentonas de Lieke Martens desde el flanco izquierdo y la zurda prodigiosa de Alexia Putellas desde la frontal.

Alexia y Sampedro en el Johan Cruyff. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Sofocando el incendio y defendiéndose como gato panza arriba, el Atlético de Madrid encarrilaba el túnel de San Mamés con el luminoso intacto a su favor. Hilando una fila de cinco defensas y otra recta de cuatro a menos de dos metros de las primeras, las ‘rojiblancas’ desesperaban por momentos al Barça Femení, incapaz de perforar la garita defendida por Lindahl. La posesión y las llegadas, teñidas de azulgrana, no bastaban en la batalla para batir al cuadro de Daniel González, acorraladas por el ingenio descubierto en las bandas tanto de Martens como de Graham.

La tecla era Mariona

Insistir, persistir y nunca desistir. Partiendo con todo tras el entreacto, el Barça Femení brincaba dispuesto a quebrar la telaraña defensiva urdida por Daniel González. Si el Atlético de Madrid se refugiaba en las manos de Hedvig Lindahl, las azulgranas rompían el guión con el movimiento de Lluís Cortés desde la pizarra.

Ataviadas con una paciencia infinita y destrozando con lo establecido, el Barça más rápido y eléctrico entraba en acción con la aparición de Mariona Caldentey sustituyendo a Lieke Martens. Encauzando las piezas del tablero, con Jenni Hermoso dibujando movimientos en la posición de ‘falso 9’, la balear orquestaba la mejor de las sinfonías para liderar al Barça hacia la semifinal. Sin titubeos, delineando las mejores jugadas, la entrada de Mariona revolucionaba las esperanzas de las ‘culés’. Pese a no encontrar el camino del gol, la incisión sobre el verde de San Mamés de la jugadora de Felanitx avivaba la fe de un equipo que empezaba a crear peligro de forma directa.

Kheira en el Johan Cruyff. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Tanto es así que, tras varias intentonas y ocasiones fallidas, la silueta de Kheira Hamraoui volvería a sobrevolar por encima del resto. La mujer de los goles importantes. La que siempre está cuando se la necesita. Era la sorpresa en el ‘once’ de Lluís Cortés y acabó por convertirse en la solución. A falta de diez minutos para el final, la leona de Croix inauguraba el luminoso tras aprovechar un buen centro de Caroline Graham para adelantar al Barça (0-1). La jugada, que nacía en las botas de Mariona, decantaba la balanza a favor de las catalanas que ya están en semifinales.

Será la tercera vez que el Barça Femení acceda a una semifinales de la UEFA Women's Champions League. Ningún equipo español ha logrado acceder a la codiciada eliminatoria, y ellas ya llevan tres. Allí les espera el VfL Wolfsburgo, flamante semifinalista tras arrollar al Glasgow City (1-9). No será fácil, pero repetir la hazaña de Budapest está en sus botas.