Ya hace más de seis meses que Antoñín llegó al Granada CF. El delantero llegó en febrero de 2020 tras la baja de larga duración de Neyder Lozano, reforzando de dicha forma el ataque rojiblanco que quedó mermado tras la salida de Adrián Ramos, dejando solo como efectivos a Soldado y Carlos Fernández.

Como uno de los más prometedores delanteros españoles, el Granada efectuó su compra por un millón y medio de euros al Málaga, donde el punta había anotado cuatro goles y dado dos asistencias en un total de 22 encuentros, convirtiéndose en una de las grandes sensaciones en el inicio de la Segunda División. Con su llegada al Granada, Antoñín cogió un rol rotativo/ocasional durante la media campaña que quedaba por jugarse. Con una suma de ocho partidos jugados y un gol que anotó frente al Alavés, el “killer” volvió a demostrar que está llamado a ser una gran apuesta del combinado andaluz, que poco a poco le fue dando más minutos al malagueño, que reflejó su personalidad, talento y picardía sobre el verde, cumpliendo con creces lo esperado.

El descarado, hablando en lo futbolístico, jugador va ganando enteros en el cuadro rojiblanco, que cada vez más apuesta por la juventud, como fue en el caso de los Neva, Carlos Fernández o Yangel Herrera, entre otros. Con la salida de Vadillo al Celta y la gran confianza que tiene depositada Diego Martínez sobre él, el futbolista está preparado ante una gran oportunidad que se le va a presentar en este curso, ya que su polivalencia –puede jugar en los extremos y como delantero centro- y la abundante cifra de encuentros que jugará el Granada –en caso de que pase la fase previa de la Europa League-, le abre las puertas a tener una gran presencia ante un escenario único e inmejorable para un futbolista tan joven.

La pretemporada que ha comenzado el Granada CF será su primer gran escenario y los entrenamientos diarios y encuentros amistosos que se jueguen en el “stage” de Marbella marcarán su devenir más cercano.