Era 27 de julio cuando Javi Gracia se sentaba por primera vez en comparecencia de prensa para ser presentado como entrenador del Valencia CF. "Yo no soy un funcionario. Soy un entrenador y vengo a hacer mi trabajo", pronunció. Según el refranero español, el que avisa no es traidor. Y ayer, en la previa del primer partido liguero, demostró con hechos lo que ya había advertido con palabras

Franco, sutil, directo y elegante. El técnico explicó la presente situación en cuanto a fichajes, a la actual plantilla, a las jóvenes promesas y al estilo de su equipo. Y lo hizo sin pelos en la lengua y sin titubear. Dijo en voz alta lo que la afición ya sabe y el club se empeña en ocultar en un acto de absoluta sinceridad que le honra y define como persona y profesional. Tiene voz propia y no se vende.

"Veo a la plantilla como todo el mundo: debilitada, fruto de las salidas que ha habido. Han sido cinco jugadores importantes los que la han abandonado", respondía ya en la primera pregunta. Hasta la fecha, han desfilado por la puerta de salida los Garay, Ferran Torres, Francis Coquelin, Dani Parejo y Rodrigo Moreno. O lo que es lo mismo, la base que sustentaba los cimientos que pusieron Marcelino y Alemany. Paradójicamente, mientras dicha puerta permanece abierta de par en par, la llave que abre la de las entradas parece haberse perdido en las entrañas de La Tierra. Pero el bueno de Gracia, aunque sabe que encontrarla sería como buscar una aguja en un pajar, mantiene la esperanza de que acaben llegando esos refuerzos que le prometieron, incluso, antes de llegar al cargo.

"Ha habido circunstancias que hacían que no fuera posible incorporar jugadores. En alguna de ellas parecía que se avanzaba. Pero luego, por diferentes motivos que yo tampoco logro entender, se van cerrando", admitía. A nadie se le escapa que el no haber entrado en Europa y la pandemia del coronavirus han provocado un brutal desbarajuste en las cuentas de la entidad. Vienen tiempos de apretarse el cinturón. De los ERTE. De reducir el coste de plantilla a la mitad. De vender -que no regalar-. Es lógico y entendible. Pero la palabra y las obligaciones no entienden de épocas mejores o peores. Simplemente se deben cumplir. Algo que Peter Lim y Anil Murthy todavía no han hecho.

"En estos momentos estoy un poco decepcionado porque veo que no se ha incorporado a nadie y no sé si es un tema puramente económico o hay otro motivo, pero no llegan jugadores", señaló. Ante la inacción de los que mandan, la plegaria pública de un ambicioso Javi Gracia que reconoció que el club no podrá exigirle los objetivos deportivos que debería por el hecho de ser el Valencia CF. Y es que, además no de no tener la seguridad de que los jugadores que están hoy sigan estando cuando se cierre el mercado, el navarro confesó ser "escéptico" con la llegada de jugadores que suban el nivel.

El técnico, preocupado por posibles malentendidos, alabó en todo momento a sus futbolistas y recalcó que, al hablar de reforzar el equipo, no debía quitarles ni el más mínimo "mérito". Asimismo, agradeció su trabajo y "generosidad", ya que le han dado unas "garantías" para competir muy difíciles de conseguir de no haberse topado con un grupo tan "solidario" y "comprometido".

Hizo sus deberes al mostrarnos lo que no vemos y contarnos lo que no nos cuentan. Puso, con tono pausado y educado, los puntos sobre las íes y  -por fin- hubo hueco para el fútbol. "Más que de sistemas, soy de conceptos de juego. Analizando los jugadores que había a nuestra llegada, creo que se adaptaban más a ese 4-4-2, y por eso he considerado que era nuestra base", aclaraba. Sin embargo, afirmó estar abierto a emplear otras variantes que puedan adaptarse a las condiciones del equipo rival.

Debido a su presencia en pretemporada, otra de las temáticas obligadas fue la del talento juvenil. Gracia adelantaba lo que era un secreto a gritos: "Los jóvenes, ahora y a lo largo de la temporada, van a ser importantes en el equipo". Y sin despeinarse y con argumentos, desmontó la apuesta de la 'Youth policy' de Meriton: "Creo que tienen un gran potencial, pero que todavía sería mejor si tuvieran a un jugador de experiencia a su lado que les hiciera crecer y asumir la responsabilidad que tienen que asumir, no ninguna más. Hablamos rápido de los jóvenes, les ponemos el foco delante de mucha gente, pero hay que darles el sitio que merecen y no pasarnos".

Valencia y Levante se estrenarán mañana en la competición doméstica. Un derbi siempre supone mucho más que tres puntos. Es un acontecimiento señalado desde antaño y una eterna rivalidad por ver quién manda en la capital. Es por ello que el míster valencianista no toma como referencia el choque de pretemporada. "Las balas ya no son de fogueo, ya son de verdad. Los partidos son diferentes y los jugadores van a ser diferentes en los dos equipos", sentenció. 

Sus sensaciones de cara al nuevo curso son buenas: "Hemos entrenado y competido bien. Estamos creciendo como grupo. A todos nos gusta empezar bien. Eso fortalece y revitaliza la confianza",  declaró. 

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