El Celta de Vigo jugaba hoy el primer partido en su estadio y quería hacerlo mostrando la dinámica que quiere seguir este año. Presión alta y juego atractivo. Para ello Óscar realizó tres cambios con respecto al partido contra el Eibar. Entraron en el once Denis Suárez, Fran Beltrán y la nueva incorporación Jeison Murillo.

Y la respuesta fue una buena primera parte del conjunto vigués, que comenzó haciéndose dueño del esférico y se abalanzó sobre la portería defendida por Jaume Domenech. La movilidad que ofrecían Emre Mor y Iago Aspas desajustó en todo momento a la pareja de centrales valencianista. Durante estos primeros instantes el Celta gozó de varias ocasiones para adelantarse en el marcador, si bien les faltó un poco de fuerza en sendos disparos.

Fue en el minuto 13, cuando tras un control de Nolito en el medio del campo, el sanluqueño decidió darse media vuelta, viendo que no tenía un pase interesante y comenzó a encarar rivales. Así se fue del primero, del segundo y hasta del cuarto. Todo esto con su característica visión de pase, la cual puso en práctica al ver el desmarque del genio de Moaña, Iago Aspas, que con un recorte dejó en el suelo al portero y empujó el balón a la red. Sin embargo, antes de celebrar el gol con sus compañeros, el VAR entró para determinar si en el desmarque pudo haber fuera de juego. Una vez revisado, Gil Manzano otorgó el tanto para los locales.

Fue en este momento cuando el Valencia, por medio de Kang-In Lee y Gonçalo Guedes, comenzaron a generar algo de peligro en el área de Iván Villar. Sin llegar a concretar ninguna acción de peligro, únicamente un disparo aislado de Kondogbia, intentaron llevar el peso del juego en la mitad de la primera parte.

El Celta por su parte, muy seguro atrás con la titularidad de Jeison Murillo en sus filas, aguantó el arreón visitante y se dispuso a buscar la portería rival. Nolito, Aspas y Mor, conocedores de la inseguridad que provoca Diakhaby, buscaron su fallo en los siguientes minutos. Y casi lo consiguen.

El descanso les vino bien a los dos equipos. A los de Óscar García porque les llegaba el “combustible justo” como dijo Iago Aspas en los micrófonos de Movistar y a los de Javier Gracia porque se reordenaron.

Para salir mejor, el técnico introdujo dos cambios con la salida de Jason y Vallejo, que aportaron frescura al juego. Tanto fue así que nada más volver de los vestuarios el conjunto che empató gracias a un remate espectacular de Maxi Gómez tras un centro de Daniel Wass, que no fue celebrado por el delantero charrúa.

Fue a partir de ahí donde el Celta se replegó y el equipo valencianista intentó un juego más directo, con apariciones de Wass y Gayá buscando a los atacantes. Cuando parecía que igualaban la posesión, en una jugada en la frontal visitante se produjo una falta, dudosa según el capitán del Valencia. De esa falta nació el segundo gol de Iago Aspas, después de un magnífico lanzamiento. En los micrófonos, el delantero de Moaña contó que tardó en perfilarse para el libre directo porque el año anterior Daniel Parejo se adelantó al disparo y lo salvó bajo palos.

A partir de ese momento el partido entró en una fase más directa y de ida y vuelta. El Celta realizó cambios en la zona media con la entrada de Miguel Baeza y Okay Yokuslu para dar un poco más de presencia, físico y ayudar al pivote peruano Renato Tapia, uno de los más destacados del partido.

En los minutos finales el Celta tuvo la oportunidad de marcar en dos ocasiones, primero tras un disparo de Brais Méndez que se estrelló en el larguero y después tras un disparo cruzado de Miguel Baeza que se estrelló en el poste.

En el apartado negativo estuvieron los problemas físicos de Tapia y Murillo, en apenas un minuto, que provocaron las últimas sustituciones y un repliegue final de los de Óscar García. El Valencia lo intentó, aunque sin suerte. Reclamó dos penalties en jugadas de choque que el colegiado desestimó con la ayuda del VAR.

Cabe destacar el partido de Iago Aspas por su doblete, pero no se deben olvidar los nombres de Nolito que dio un recital de pases y la figura de Renato Tapia, robando balones y moviendo el balón con criterio. Por otro lado, se espera más influencia en el juego de un Denis Suárez que todavía no está en plenitud pero nadie duda de que será importante para Óscar. La última mención debe ser para el debut del canterano Gabri Veiga, que sustituyó al peruano y se convierte en otro de los jóvenes que debutan con la celeste.

Esta es una victoria muy importante para que el conjunto olívico esté tranquilo y puedan desarrollar todo el fútbol que tienen. Esperemos que sea el principio de un bonito camino y se pueda sumar de tres en tres con mayor frecuencia.