Lopetegui no sorprendió con la alineación. Rakitic entró en el centro, y Escudero ocupó el lateral zurdo ante la marcha de Reguilón. Apostó por Bono en portería, dado el buen nivel que dio en la Europa League, y por Luuk de Jong en punta de ataque, acompañado por Suso y Ocampos.

En cuanto al Bayern vimos ciertos cambios respecto a la fase final de la Champions. La recuperación de Pavard permitió a Kimmich volver al centro del campo para acompañar a Goretka, mientras que Lucas fue titular en el lateral izquierdo sustituyendo a Alphonso Davies, que arrastraba molestias. Saltaron al campo los mismos once que golearon al Schalke la semana pasada.

En caso de duda, balón a De Jong

El esquema utilizado por Lopetegui se parecía a un 4-2-3-1, con Fernando y Jordán por detrás de Rakitic, que apareció como mediapunta. Ante la asfixiante presión de los alemanes, el balón largo buscando la cabeza de De Jong se convirtió en un recurso recurrente durante la primera mitad.

El holandés demostró una gran capacidad para controlar y entregar los pases largos que le llegaban desde la línea defensiva. Aún así, los centrales del Bayern controlaron la mayoría de intentos de los andaluces.

El gol de Ocampos, aire para el Sevilla

Antes del cuarto de hora de partido, llegó la jugada que dio esperanza a los sevillistas. Un centro de Jesús Navas al área, lo cabeceó atrás Luuk De Jong para la llegada de Ivan Rakitic, que tras intentar controlar fue derribado por David Alaba. El colegiado no dudó en señalar los once metros.

@SevillaFC
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Lucas Ocampos asumió galones, miró fijamente a Neuer, y engañó enviando el cuero a la derecha del meta alemán. Con el gol, el Sevilla no quiso encerrarse atrás, pero la insistencia y la calidad del equipo de Flick le obligaron a defender demasiado cerca de su portería.

El Sevilla controló bien las bandas

A diferencia de lo que vimos en Lisboa, donde el Bayern arrasó entrando por los costados, ante el Sevilla el equipo alemán tuvo que enfocar sus ataques por el carril central.

Tanto los laterales (Escudero y Navas), como los extremos (Suso y Ocampos), lograron que los hombres de banda del cuadro muniqués no tuvieran a penas peso en fase ofensiva.

Más dificultad tuvieron para frenar a Thomas Muller, que se movió entre líneas causando muchos problemas a la zaga hispalense. De hecho, así llegó el empate. Un balón que Muller mete al área pequeña, para que Lewandowski ceda a Goretka y haga el 1-1.

@UEFA
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Menos sufrimiento en la segunda mitad

Lo cierto es que en el segundo acto, el equipo de Lopetegui sufrió bastante menos que en el primero, e incluso tuvo fases dónde parecía que el segundo tanto no estaba muy lejos.

De Jong y Rakitic no tardaron en dejar su sitio a En-Nesyri y Óliver Torres respectivamente. Al croata se le notaba cansado, y a De Jong lo cambió para ganar en velocidad arriba. Gudelj entró por Suso para ganar enteros en defensa.

El Bayern tenía rachas en las que parecía poder acabar con el partido, pero dos goles anulados a los bávaros mantenían al Sevilla en la lucha por el título. La más clara la tuvo En-Nesyri, que recibió un pase algo corto de Jesús Navas. A pesar de ello, realizó un gran control para quedarse solo contra Neuer, que sacó una mano abajo brillante que evitó la gesta.

La prórroga superó al Sevilla

Joán Jordán dejó entre aplausos su sitio al Mudo Vázquez, aire fresco en el centro del campo. Sin embargo, en la prórroga vimos a un Bayern superior, que dominó por primera vez en todo el partido con contundencia.

El Sevilla achicaba agua, hasta que el recién ingresado Javi Martínez, cabeceó al fondo de las redes un rechace que Bono dejó muerto en el área. Un héroe inesperado, que pudo haber dado la victoria a su equipo en su último partido.

@FCBayern
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Tras el gol, al Bayern le bastó con controlar la posesión sin arriesgar demasiado. El equipo hispalense no se rindió hasta el pitido final, pero las piernas llegaron a su límite en los últimos minutos, y los bávaros se alzaron con la Supercopa de Europa.

Supercampeón del honor y del orgullo

Poca gente habría dicho antes del partido que los noventa minutos acabarían en empate, y que el Bayern tendría que sudar tanto para ganar. El Sevilla se ganó el respeto de toda Europa, que vio como fue el único equipo capaz de plantarles cara en este 2020.

A pesar de caer como en las anteriores ediciones, no hay un solo sevillista que se fuera a dormir descontento con su equipo. Lopetegui ha conseguido que todos se dejen la piel en el campo, y la afición lo valora.