El polémico encuentro entre Real Madrid y Real Betis del pasado sábado no se ha borrado de la cabeza de los verdiblancos. Los púpilos de Manuel Pellegrini supieron reponerse del 0-1 inicial, consiguiendo remontar el partido poco antes del descanso. Tras volver de vestuario, los blancos empataron el encuentro, y a partir de aquí se desencadenaron una serie de jugadas que mucho darían que hablar, en concreto, cuatro de ellas.

La primera de todas llegó cuando aún el cuadro verdiblanco acumulaba ventaja en el marcador. El VAR no revisó un posible penalti sobre Fekir, que acabó señalándose como falta. El futbolista francés pisaba la línea del área en una pugna por Carvajal, y el lateral madridista cometió una infracción sobre el jugador bético. Más de uno dudó de que el centrocampista bético pisase la línea del área en el momento en el que la acción fue cometida, pero De Burgos Bengoetxea señaló que ésta había sido fuera del área. Para más inri, la jugada tampoco fue revisada por la tecnología, siguiendo el juego con normalidad. Tampoco se produjo ninguna repetición que permitiese verla desde plano frontal para conocer si el galo estaba o no sobre la línea.

Más tarde llegó el autogol de Emerson, otra de las jugadas que más suspicacia levantó entre los heliopolitanos. Carvajal, también implicado en esta acción, puso a Benzema un centro desde la derecha. El futbolista francés parecía estar ligeramente por delante de la posición de la defensa bética, obligando al brasileño a pelear por la pelota, provocando que el lateral diestro acabe colando el esférico en su propia porteróa. Tras unos momentos de dudas y revisiones mediante el videoarbitraje, el tanto subió al marcador. El VAR indicaba que la rodilla de Álex Moreno habilitaba al delantero blanco, pero líneas trazadas desde otros medios evidenciaban el error de González González.

Pero sin duda, la acción más polémica del encuentro se produjo en el minuto 67, con la expulsión de Emerson. El defensa verdiblanco vio la roja directa al obstruir a Jovic en una disputa en carrera. El punta blanco ganó la partida al lateral bético, que se vio obligado a seguirlo por detrás llegando a desestabilizarlo. En primera instancia el árbitro dejó seguir el juego, pero desde el VAR le avisaron de la jugada. Además, se mostraron las líneas desde el comienzo de la misma. Surrealistamente, éstas atravesaban el cuerpo del delantero, "aclarando" que estaba en posición legal, dejando evidencias de que partía desde fuera de juego.

La última de estas polémicas se produjo en la jugada que puso por delante al Real Madrid. Corría el minuto 82 cuando se produjo un forcejeo entre Borja Mayoral y Marc Bartra. El árbitro dejó seguir pero minutos más tarde, tras parar el partido por una falta en el centro del campo, fue advertido por el VAR de un posible penalti por mano de Bartra. De Burgos Bengoetxea, tras revisarlo en la pantalla, decidió decantar la acción a favor del cuadro blanco. El central catalán quiso defenderse apelando a que el jugador madridista lo empujó y de ahí el desequilibrio que provocó que el balón impactara en su mano. Pero el encuentro siguió adelante y el vigente campeón salió del Villamarín airoso con una victoria más que regalada. 

Ahora el VAR puede considerarse un capricho de los grandes, que seguirán saliendo ventajosos de duelos contra clubes modestos que no solo tienen que enfrentarse a las millonarias plantillas de los "poderosos", sino que tendrán que hacer frente a las grandes ventajas que el videoarbitraje ofrece a estos equipos.