El equipo andaluz visitaba San Mamés 15 años después, sin haber ganado nunca al Athletic, pero tras el pitido final de Pablo González consiguieron esa primera victoria de su historia. El partido comenzó con ambos equipos titubeantes y tratando de minimizar riesgos, es decir: mucho balón por el aire y poco pase vertical. Tras los primeros diez minutos el Athletic comenzaría a tocar el balón sin mucho peligro, pero con alguna que otra ocasión, mientras que el Cádiz se mantenía replegado a la espera de su oportunidad.

Poco a poco los de Garitano se hicieron con el balón y empezaron a llegar al área rival, eso sí, desaprovechando las bandas, bien cerradas por el conjunto de Álvaro. En la primera parte el jugador más peligroso fue Raúl García, quien presionando, luchando y sobre todo rematando estuvo cerca de conseguir anotar el 1-0 que nunca llegaría. Después de varias ocasiones del Athletic, el Cádiz tuvo su oportunidad con un centro cruzado a media altura que terminaría en las manos del guardameta vasco.

Nada más empezar la segunda parte el Cádiz se quedó con diez por la expulsión de Fali. A partir de este momento el equipo supo adaptarse a lo que requería el partido aunque en el momento todo apuntaba a que los rojiblancos conseguirían imponerse. Tras unos buenos minutos del Cádiz, con ocasión de Lozano incluida, consiguieron abrir el marcador con el único tanto del partido. Tras una gran jugada del exjugador del Girona, que terminó por dejar atrás a Núñez con un autopase, el hondureño dio el pase de la muerte a uno de sus compañeros, pero Unai López se encontró el balón y no acertó en el despeje, metiéndose en propia puerta.

Es en este momento cuando el partido se pone raro. Muchas faltas tontas, una ridícula expulsión al Cádiz, mucho parón y poco fútbol. La roja a Negredo llegaría 20 minutos después de su ingreso. En el minuto 70 fingió un penalti que desembocó en su segunda amarilla, dejando a su equipo con 9 jugadores. Cuando todo parecía favorable para los locales, estos no supieron aprovechar su momento y aunque llegaron, lo hicieron con verdadero peligro en contadas ocasiones. Posiblemente, y aunque suene a delirio, al conjunto de Garitano le hubiese venido mejor evitarse la segunda expulsión, ya que tras la entrada de Sancet e Iñigo Vicente parecían estar haciéndose con el control del partido y las ocasiones se sucedían una detrás de otra. Pero la expulsión cortó el ritmo del encuentro y los leones nunca más pudieron reponerse.

Así, el Cádiz supera al equipo vasco en la clasificación y se coloca como 8º, mientras que los rojiblancos se mantienen en el 15º puesto a la espera del resto de partidos de la jornada.