La lluvia y el fuerte viento de Balaídos acogían uno de los enfrentamientos que más dan que hablar últimamente. El Celta de Vigo recibía al Barcelona en esta cuarta jornada de Liga esperando seguir invicto en el campeonato. Sin embargo, los goles de Ansu Fati, Messi y Sergi Roberto le dieron un triunfo a los catalanes que los empujan a continuar con su buena racha, además de haber conseguido una victoria en Vigo cinco años después.

El partido comenzó bastante parejo, los visitantes se aproximaban al área local sobre todo por banda izquierda con Jordi Alba, mientras que los celtiñas contestaban con alguna internada de Emre Mor, que estuvo muy activo durante todo el primer tiempo.

Poco a poco, el Barça se hacía con el control de la pelota, combinando a mucha velocidad, aprovechando la rapidez del balón sobre el césped mojado, y creaban peligro fácilmente. Griezmann fue el encargado de hacer el primer disparo, que se fue por encima de la portería de Iván Villar.

Griezmann en una oportunidad para el Barça. | Foto: FC Barcelona
Griezmann en una oportunidad para el Barça. | Foto: FC Barcelona

El niño maravilla, una vez más

Llegó el minuto 10 cuando, tras una jugada trastabillada con varios rebotes, el balón le cayó a Ansu Fati, que superó a Aidoo y puso el 1-0 en el marcador con un disparo de ‘killer’ usando el exterior, atesorando una técnica impropia de un jugador todavía menor de edad.

Los de Ronald Koeman no se arrugaron y seguían generando peligro constantemente, pero a la contra el Celta comenzaba a despertar. Empezó así a destacar la figura de otro joven en el partido, el canterano celeste de 18 años Gabri Veiga, que se internaba en el área tras giros sobre los defensas de gran calidad.

El Celta necesitaba un nexo entre la defensa y el ataque, y los centrocampistas no supieron serlo. Solo algunas individualidades hacían que los de Òscar García se acercasen al área contraria, una de ellas la internada nuevamente de Veiga, que se orientó el balón con un exquisito control y solo Lenglet pudo pararlo, cometiendo falta y viendo la primera tarjeta amarilla del partido, que después sería clave.

Los locales lo seguían intentando, pero el primer varapalo para la alineación del entrenador fue el cambio obligado de Néstor por un José Fontán que sufría molestias en el hombro por una mala caída anterior.

Un cuarto de hora frenético

Si al partido le faltaba emoción, a falta de 15 minutos para el final de la primera mitad comenzaron a pasar cositas, como diría Rubén Martín. En el minuto 32’ Denis Suárez se plantaba frente a Neto cuando Gerard Piqué lo agarró sin intención de jugar la pelota. El árbitro le sacó la tarjeta roja al catalán, pero la jugada fue invalidada después de que el VAR demostrara que el gallego partía en fuera de juego.

Cinco minutos después, Ansu Fati tuvo una clara ocasión, dejando en bandeja un balón a Messi al que el argentino no pudo llegar, y después forzó una amarilla para Aidoo cuando se iba en carrera. En el 41’, Lenglet golpea con el brazo a Denis Suárez y el árbitro, siendo riguroso, le enseña la segunda amonestación dejando al Barcelona con un hombre menos. Ya en el añadido, Aidoo tuvo que salir momentáneamente del verde por un choque con Fati, mientras se producía el cambio de Griezmann para dar entrada a Araujo.

Ya en la segunda parte, pudimos ver como el Celta quería el gol. Emre Mor seguía mordiendo y dejando detalles de calidad, como un espectacular caño a Piqué. El Barça volvía a intentarlo con las carreras de Ansu Fati por banda izquierda, llegando a forzar otra amarilla, esta vez sobre Néstor.

Entre Messi y Olaza, para dentro

El Barcelona, pese a estar con un jugador menos, seguía con hambre de gol. Tuvo que ser Messi, tras una brillante jugada que solo el mejor del mundo puede firmar, el que, ayudado por la puta del pie de Olaza, mandara el esférico al fondo de la portería celeste para poner el 0-2 en lo alto de Balaídos.

Los blaugranas seguían generando peligro ante un Celta que, con uno más, era incapaz de llegar al área contraria con ventaja. Messi seguía enchufado y tuvo unas cuantas más, primero disparando al lateral de la red y después anotando un gol tras un palo de Coutinho, que sería anulado por fuera de juego.

Los jugadores del Barça celebrando un gol. | Foto: FC Barcelona
Los jugadores del Barça celebrando un gol. | Foto: FC Barcelona

Salieron Veiga y Emre por Nolito y Mina, y parecía que los cambios daban frutos a los vigueses. Por banda izquierda, Olaza explotaba su virtud para poner centros al área y Nolito se internaba constantemente, pero nadie conseguía anotar un gol para que el Celta se metiera en el partido.

Minutos después, Miguel Baeza tendría la ocasión más clara para los gallegos en todo el partido, enviando un balón que, tras rebotar en el pie de Sergi Roberto, acabaría chocando contra el larguero.

El Barça quería cerrar el partido y, en una contra de libro, Jordi Alba casi remacha un balón de Messi, aunque el lateral acabó impactando con el cuerpo del portero celtiña. Los locales parecían animarse a por el tanto que les diera un halo de esperanza, pero no consiguieron materializar.

Al final, ya en el tiempo añadido y con todo el pescado vendido, Sergi Roberto anotaba un voleón tras un balón algo afortunado y sellaba una victoria del Barcelona en Vigo 5 años después. Los catalanes continúan con una buena racha de puntos y juego, como explicaba el propio Sergi tras el pitido final: “Han cambiado muchas cosas, el equipo tiene ambición y hasta con uno menos quería más goles”.

Por su parte, el Celta sufre su primera derrota en el campeonato y aumenta su gran debe, el gol. En estos 4 partidos, el equipo ha anotado 3 goles (todos de Iago Aspas) y está claro que hace falta un goleador para no volver a sufrir en la zona baja. Sobre el partido, Murillo admitía que había faltado profundidad y que sacaban unas conclusiones negativas: “El gol en contra tan rápido nos descolocó”.