Tras una semana sin liga debido al parón de selecciones, la primera plantilla del Real Valladolid ha vuelto a los entrenamientos este mismo lunes, Día de la Hispanidad y fiesta nacional en España. El cuerpo técnico ha diseñado un plan de trabajo de seis días, de lunes a sábado, para preparar el partido del domingo ante el Huesca en El Alcoraz, perteneciente a la quinta jornada y que se jugará a las 18:30 horas. El equipo trabajó en los anexos del José Zorrilla esta mañana, y así lo harán todas las mañanas de esta semana. El próximo entrenamiento será este martes a las 10:30 horas, también en los anexos del estadio.

En este primer entrenamiento, se ejercitaron aparte Joaquín y Javi Sánchez, con sus respectivas molestias y cerca de terminar con su recuperación. Además, estuvieron ausentes Weissman y Jota, que se encuentran concentrados con sus selecciones, Israel y Portugal sub-21. Por otro lado, Kiko Olivas sigue en proceso de recuperación de su grave lesión.

Este último, que se lesionó hace más de dos meses durante la penúltima jornada de la pasada temporada ante el Eibar, ha contado cómo ha sido la primera etapa de su recuperación. “El primer día no podía mover la pierna por mí mismo. Ahora ya camino normal, sin muletas”, ha dicho el central, que dice haber notado mucho el cambio en estos dos meses. “He pasado dolor e impotencia”, ha añadido. “Para mí es un paso muy grande”.

Kiko Olivas también ha explicado su trabajo diario, con día libre solo los domingos y dobles sesiones dos días a la semana. El objetivo de estos entrenamientos es el recuperar la musculatura perdida y ganar la extensión completa de la rodilla. El trabajo va dando sus frutos, y reconoce tener buenas sensaciones, cada vez “con más ganas e ilusión”.

La lesión de Kiko le mantendrá viendo los partidos desde la grada durante ocho meses, a lo que dice que se tiene que acostumbrar. “Lo paso mal desde fuera, con nervios y estrés”, reconoce Kiko.