El Fútbol Club Barcelona B de Javier Garcia Pimienta inició su andadura por la nueva temporada en la categoría de bronce con una sufrida y merecida victoria por la mínima ante el Gimnàstic de Tarragona. Un solitario tanto del canterano Arnau Comas dió alas a los azulgrana en la primera jornada del campeonato liguero.

Pese al dominio claro desde el inicio del conjunto culé, no fue un partido ni mucho menos vistoso. Los azulgrana controlaron el balón, algo recurrente en las últimas campañas, pero sin lograr generar excesivo peligro a la meta de Wilfred. Oriol Busquets se instaló en el pivote para hacer el trabajo sucio del conjunto local, que tan sólo dispuso de tres ocasiones claras durante el primer tiempo, todas ellas sin fortuna. Gustavo Maia y Konrad de la Fuente, imperantes en la banda, no lograron desequilibrar de inicio frente a la defensa visitante, que estuvo cómoda durante los primeros cuarenta y cinco minutos. En los primeros trances, el partido fue excesivamente trabado, con interrupciones por parte de ambos equipos, y que en parte facilitaron que el Nàstic apenas llegase a la meta de un seguro Iñaki Peña, quien regresaba a la titularidad con el filial.

El partido se decidiría por los pequeños detalles, y así fue en el primer y único tanto culé de la tarde. Fue el central de Cassà de la Selva, Arnau Comas, el que disiparía las dudas goleadoras de los de García Pimienta aprovechando, en una de sus incursiones en saque de esquina, un centro de Konrad desde la banda izquierda para llevar el balón a la red. A partir del gol, al Barcelona sólo le bastó amarrar el partido a base de posesiones largas que se traducieron en la desesperada visitante, que sólo pudo hacer daño en los minutos finales, cuando dispuso de dos ocasiones consecutivas por parte de Amang e incluso reclamó un penalti inexistente sobre Gerard Oliva.