Se presuponía una noche lluviosa en La Cerámica tras un año de sequía sin pisar Europa. La alegría de la vuelta a la competición continental contrastaba con la tristeza de los aficionados al no poder asistir al estadio como se estaba rumoreando horas antes del encuentro.

El Villarreal se enfrentaba al Sivasspor, el séptimo clasificado de la liga turca, en un encuentro en el que era claramente favorito para llevarse la victoria. Esta superioridad hizo que Unai Emery se decantara por los jugadores menos habituales como Rulli, Foyth, que debutaba, y Kubo, que por primera vez era titular en competición oficial.

El japonés no desaprovechó su oportunidad. Un tiro cruzado de Chukwueze desde la frontal del área era rechazado por Samassa, el portero del equipo turco, que recogió Take para anotar el primero en la cuenta del Submarino Amarillo en el minuto 12 de partido.

Pocos minutos después Kubo seguía haciendo de las suyas, esta vez, el beneficiado sería Carlos Bacca, que con un delicado pase al hueco del japonés, recibió dentro del área y definió a la derecha del portero, ampliando la ventaja de los suyos

A partir de ese momento, el Sivasspor comenzaba a dominar un poco más el juego, fruto a que el Villarreal se había confiado con la ventaja de dos goles y se relajó durante varios minutos del encuentro. Y así pasó, un error garrafal de Manu Trigueros intentando despejar un balón con la nuca, le dio la posesión a Yatabaré que asistió a Kayode para marcar el primero en la cuenta de los turcos.

Su alegría no duraría mucho y es que, el Sivasspor, empeñado en perder el partido, cometió penalty sobre Carlos Bacca. El colombiano erró el penalty, dando una lección de cómo no se deben tirar este tipo de lanzamientos. Mérito también el de Massana, que demostró lo difícil que es adelantarse tanto en una pena máxima sin que ningún miembro del colegiado se percate de ello.

El error de Bacca subió la moral de los turcos, que conseguían marcar el empate a tres minutos del descanso. Yatabaré volaba sobre el césped de la cerámica y asestaba un cabezazo imparable para el guardameta argentino. 

Al inicio de la segunda mitad Emery decidía cambiar a Alex Baena por Vicente Iborra con el claro objetivo de minimizar las opciones del Sivasspor en balones aéreos y así fortalecerse defensivamente.

Y el tercer gol del Villarreal fue de córner, pero no fue Iborra quien lo remató, si no Foyth, que fue con todo a por el balón, y de cabeza, anotó el día de su debut. 

Sin embargo, iba a ser él quien, en el minuto 62, provocara una falta sobre Fajr en la frontal del área. Fue Gradel quien se encargó de lanzar un cohete directo a la escuadra derecha de Rulli, que poco pudo hacer para detener ese balón. El empate volvía al marcador: 3-3.

La entrada de Paco Alcácer

Era el minuto 70 de partido, minuto en el que Emery decidió tirar de su comodín: Paco Alcácer. El ex del Borussia de Dortmund revolucionó el encuentro y en el minuto 72 tocaba su primer balón y ponía por delante a su equipo tras un pase de Chukwueze y un rebote del portero.

Pero la fiesta no acababa ahí, cuatro minutos después, un pase milimétrico de Foyth y un control estupendo le dejaban solo frente a la meta de Samassa y para sorpresa de absolutamente nadie, asestaba el quinto gol del encuentro que dejaba sentenciado el partido.

Aún tuvo oportunidad de marcar un tercero a pase de un joven Yeremy que dejó muchos destellos de calidad y del que habrá que tener en cuenta en el futuro.

El árbitro pitaba el final del partido con un 5-3 en el marcador. El Villarreal dominó durante gran parte de los 90 minutos, pero el exceso de confianza y la relajación le complicaron mucho las cosas ante un Sivasspor que no dejó de luchar hasta el final.

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