Tras haber caído ambos en la última jornada de liga, El Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid se veían las caras en el Camp Nou. Además, los de Zinedine Zidane venían de caer también en Champions League, por 2-3 ante el Shakhtar. Aunque con varias bajas importantes, las derrotas habían hecho a la afición cuestionarse muchas cosas sobre el equipo y el propio Zidane, que no parecía capaz de encontrar solución a los problemas. Sin embargo, y en el mejor momento, el entrenador francés ha conseguido dar con la tecla y ha logrado vencer al eterno rival, estando a la altura en defensa ante uno de los mejores ataques del mundo, y marcando los goles que se han estado resistiendo hasta ahora.

·El 4-3-3 de Zidane

Zidane probó usando esquemas diferentes en los primeros partidos de liga, con dibujos como el 4-2-3-1 o el 4-3-1-2, aunque volvió al 4-3-3 en los últimos encuentros. Contra el Barcelona, había razones para pensar que podía salir con cuatro centrocampistas en un 4-4-2, como hemos visto en partidos importantes. Sin embargo, el francés volvió a apostar por el clásico 4-3-3, sin arriesgar en la alineación. Con Nacho en el lateral derecho ante las ausencias de Carvajal y Odriozola, un centro del campo sin Modric pero con Fede Valverde, y Vinicius y Marco Asensio en los extremos.

El equipo estuvo centrado y no concedió goles por cometer errores graves, algo muy importante. Con Valverde haciendo que el centro del campo conecte mejor con la delantera y participando en las tareas ofensivas, así como hizo en el primer gol, conectando a la perfección con Benzema, que volvió a ser más que un simple nueve. Lo mismo podemos decir de Toni Kroos, que cuajó un gran partido participando también en ataque, estando a punto de asistir a Benzema y a punto de marcar él, pero dos buenas intervenciones de Neto evitaron los goles.

Fuente: realmadrid.com

·Poco intervencionismo

Tres cambios hizo Zidane de cinco posibles, y uno de ellos por lesión. El técnico no quiso tocar lo que estaba funcionando, y lo poco que tocó lo hizo bien. A pocos minutos del descanso, se vio obligado a meter a Lucas Vázquez por Nacho en el lateral derecho, que tenía que abandonar el partido por unas molestias musculares en uno de los muslos. Más allá de esa sustitución, dio entrada a Modric en el minuto 69, para tener más control en el centro del campo y dar descanso a Valverde, que estuvo muy activo el tiempo que jugó. Ambos cambios acabaron siendo decisivos. Lucas Vázquez realizó un muy buen partido, subiendo mucho por su banda y creando peligro. A punto estuvo de asistir a Ramos, que no marcó doblete por otra gran parada de Neto. Por su parte, el croata dio la estabilidad que buscaba su equipo en el centro del campo, y marcó el 1-3 definitivo en una gran jugada.

El tercer cambio fue Rodrygo, que entró a menos de diez minutos del final sustituyendo a Asensio. El brasileño aprovechó los pocos minutos que tuvo, aunque poco pudo hacer.

·Mejoría en defensa

Si algo le ha faltado últimamente al Real Madrid ha sido la solidez defensiva. Concede muchas ocasiones, y mejorar en ese aspecto era algo de vital importancia. Quizá por ello hemos visto a un Mendy más acertado en defensa y menos ofensivo. Esto ha tenido sus consecuencias, como la menor participación de Vinicius y de Asensio por las bandas, al no tener detrás los laterales a los que están acostumbrados. Por ello, el Madrid ha atacado más esta vez por el centro, y los centrocampistas han podido destacar más que los extremos.

Estos detalles se han hecho notar en el juego del equipo blanco, y les ha salido bien para poder salir victoriosos del Camp Nou.

Zidane ha sabido actuar y mover lo que tenía que mover para solucionar de la mejor manera los problemas con los que se encontraba, y esta vez puede presumir de haberlo logrado. La victoria ante el Barcelona significa un golpe sobre la mesa en LaLiga y da esperanza y confianza a la afición, que empezaba a dudar del equipo y del entrenador tras una mala racha, tanto de resultados como de juego.