El equipo comandado por Julen Lopetegui se enfrentaba al Athletic de Bilbao en busca de los tres puntos que se le resisten en LaLiga. Competición en la que hasta el momento sólo ha sumado dos victorias en los dos primeros partidos, un empate y dos derrotas consecutivas.

El reloj marcaba las 16:15 horas, y el colegiado Del Cerro Grande, hacía sonar su silbato para que los leones pusieran el cuero en juego. Apenas marcaba el luminoso el minuto 3 cuando una contra comandada por el incansable Acuña, era la primera oportunidad de la que gozarían los hispaleses. 

Los de Lopetegui salieron a cazar el león, y sí que lo hicieron en la primera mitad. En el minuto nueve, una segunda jugada tras un córner, el argentino Lucas Ocampos cedía al punto de penalti el cuero para que el ariete nervionense En-Nesyri, rematara a placer, consiguiendo así el primer gol del partido y el primero de los nervionenses. El marroquí consigue resarcirse tras el fallo que cometió ante Neuer en la Supercopa de Europa, error que la afición nervionense no olvida pero si perdona. 

Tras el gol, los de Garitano intentaron buscar la ocasión perfecta para así igualar las tablas. Lo que los leones no tenían en cuenta, es que la zaga hispalense habría cercado su área defendida por el gran Yassine Bounou. Tanto es así, que el Sevilla tuvo más ocasiones para aumentar la diferencia, que los bilbaínos de igualar el encuentro. Los pupilos de Lopetegui lograron mantener el control del partido y marcharse a vestuarios con una pequeña ventaja.

  • Susto en la escuadra nervionense

Sobre el ecuador de la primera mitad, Jesús Navas caía tras un regate del rival Morcillo, mostrando claros gestos de dolor. Tras un par de minutos, el palaciego volvía a los terrenos de juego aunque parecía recuperado, justo en la siguiente jugada, recibiría una patada por detrás en el tendón de Aquiles que le hacía volver a caer al verde. Apesar de mostrar claros gestos de dolor, el niño de los palacios, el incansable, Jesús Navas continuó en el encuentro. Un susto que acabó en nada afortunadamente.

Comenzaba la segunda mitad en La Catedral, y el Sevilla volvía a salir a matar. Buscando el gol que les diese la tranquilidad y comodidad en el encuentro. 

Nada más sacar de centro, un balón al segundo palo que remató como pudo En-Nesyri que vio como la zaga bilbaína sacaba el cuero prácticamente desde la línea. Tras esta ocasión, el Sevilla mantenía controlado el partido y por consecuente, el marcador. Lopetegui le daba lugar en el terreno de juego a varios jugadores buscando así mantener el resultado y llevarse la victoria.

Pero sería en el minuto setenta y siete, cuando un córner del Athletic, remataba Muniain prácticamente solo en el segundo palo introduciendo el cuero en la meta nervionense. Poco pudo hacer esta vez Bono que hasta el momento lo había hecho todo espectacular. Volvió la igualdad en el luminoso. 

Tras el gol, los de Garitano se hicieron fuerte y eran los encargados ahora de llevar los hilos del encuentro buscando una y otra vez el gol que les permitiese soñar con los tres puntos y así fue. Corría el minuto ochenta y siete en el reloj, y un mal despeje de Diego Carlos hizo que le cayese el cuero franco a Sancet que solo tuvo que armar la pierna e introducir el cuero en las redes de Bono, que poco pudo hacer de nuevo. Ahora eran los hispalenses lo que debían remar a contrarreloj para al menos sumar un punto.

Poco pudo hacer el Sevilla tras los dos goles de los leones, aunque no se rindieron apenas gozaron de oportunidades. Los hispalenses se marchan con sabor agridulce de La Catedral y siguen sin poder sumar tres puntos en LaLiga acumulando tres derrotas consecutivas en la competición doméstica.