David Silva es sinónimo de magia y buen fútbol. El canario cerró a lo grande su etapa en el club citizen tras diez años bañados en plata (a excepción de la espinita de la Champions) y regresó a la liga española para enfundarse desde el primer día con una felicidad enorme la camiseta de la Real Sociedad. El verde es el jardín de su casa, el lugar donde más cómodo se siente. Ya pueden estar a su lado De Bruyne o Sterling que Oyarzabal o Portu, que el mediocampista brilla notablemente. 

  • Primer gol con la Real

Más de diez años después, desde su último tanto en Liga con el Valencia el 4 de mayo de 2020 ante el Xerez, David Silva volvió a hacer historia marcando su primer gol como jugador de la Real Sociedad. Y lo hizo de forma majestuosa, impropia de un "chaval" que mide 1.70, elevándose escasos centímetros y dando un saltito para que con un cabezazo a centro de Aihen Muñoz rematara a la red. Nada pudo hacer el meta Rubén Blanco. Además del tanto, el mediapunta se sumó a la fiesta de su equipo con una auténtica exhibición de juego entre líneas y dando pases antológicos a los atacantes. 

Y es que algunos catalogaron el partido del canario David Silva como una redención, pero lo cierto es que nunca dejó de estar en su mejor nivel, en ninguno de los últimos partidos. Lo que pasa que el status de un tipo como él es importante y parece que pasa inadvertido en los demás litigios si no hay nada que destacar. La imagen de este personaje no puede estar en entredicho, jamás.

  • Elogios para el "chino"

El juego de David siempre se ha caracterizado por su velocidad, el desborde fulgurante, los pases que se los saca de la chistera y, sobre todo, el carácter, la entrega y la constancia en cada choque. Ya puede jugar un partido ante el Manchester United (eterno rival de su ex equipo) o uno ante el mismísimo Huesca sin público, que su dedicación va a ser la misma y no se verá trastocada. Y con todo el respeto hacia los oscenses.

Su técnico actual, Imanol Alguacil, quien está más que feliz de tenerlo en su plantel, se deshizo en elogios la semana pasada previo al encuentro europeo hacia su figura cuando le preguntaban por Diego Armando Maradona. Lean bien, sí. El oriotarra comentaba ante los medios que, al igual que el Napoli tenía en su día al argentino como el astro de su plantilla, la Real también disponía de su estrella, refiriéndose al campeón del mundo de 34 años. 

Tras finalizar su contrato con el club inglés hace unos meses, cabe destacar que, su último entrenador, uno de los mejores del mundo, Pep Guardiola, también se manifestaba sobre David comentando en rueda de prensa que "es el mejor que he visto en espacios reducidos". La predilección hacia el canario, bien sea de los entrenadores que ha tenido o de los jugadores rivales a los que se ha enfrentado, es brutal. 

  • "Todos los jugones sonríen igual"

Hacemos referencia también, en homenaje a él, la mítica frase del gran Andrés Montes, uno de los narradores más destacados del mundo del deporte en España, para ratificar que el mago del balón ya puedes darle una camiseta que otra, que él va a cumplir en la mayoría de veces y enfilará el tunel de vestuarios satisfecho con su trabajo, casi en la mayoría de ocasiones, incluso con un resultado adverso. Extraño, cuanto menos.  

A sus cerca de 35 años que los cumplirá recién entremos en el 2021 todavía le aguanta el descaro, la velocidad en escasos metros y los destellos propios de calidad para seguir demostrando al planeta fútbol que aún sigan sentados, que queda rato para disfrutar de las genialidades que ofrece. 

  •  Su equipo es un ciclón

Si a todo lo bueno que le está pasando desde que aterrizó en San Sebastián, le sumamos la valentía, el buen juego y el trabajo de todo el equipo en estos primeros partidos de la temporada, ya se borda. David está cómodo con sus compañeros y la plantilla está encantada con su presencia. A día de hoy, los habrá quienes no se crean que, este tío, campeón del mundo y de la Premier en cuatro ocasiones, entre otros títulos, esté vistiendo la camiseta de un humilde conjunto como la Real Sociedad. 

El escudo que lleva pegado en el corazón es el del líder de la competición, que se traduce en un chute de confianza para seguir lidiando la faena con el buen juego de los donostiarras. La pareja del momento es la que forma junto al otro internacional, Mikel Oyarzabal, otro de los compañeros curtidos, se entienden a la perfección y los rivales ya crean sus propias tácticas para frenar a estos dos hombres que lideran a su equipo y atemorizan a los defensas contrarios.