Jules Koundé tiene a todos maravillados por su rendimiento, especialmente en el tramo final de la temporada pasada. Sin embargo, el pasado fin de semana no dejó buenas sensaciones en San Mamés, y la noche del miércoles ante el Krasnodar, fue, sin duda, el peor del equipo.

A los 17 minutos de partido, y con 0-0 en el marcador, el francés llegó tarde al duelo con Marcus Berg, que estaba a punto de internarse en el área, aunque algo escorado. La falta le costó la amarilla a Koundé, y el 0-1 al Sevilla.

Un zurdazo de Suleymanov envió el balón a la escuadra hispalense, pasando por encima de la barrera y entrando en una posición a la que Vaclik no pudo llegar.  Al Sevilla le tocaba remar a contracorriente nada más empezar.

Tan solo cuatro minutos más tarde, le llegó un balón que no controló bien en el área, y en el intento de despeje cometió un claro penalti que el propio Marcus Berg transformó, colocando un preocupante 0-2 en el marcador del Sánchez-Pizjuán.

En un acto de valentía y personalidad muy acertado, Julen Lopetegui decidió no esperar al descanso y realizar dos cambios en el minuto 34 para cambiar la dinámica del partido. Los afectados fueron efectivamente Jules Koundé y Sergio Escudero, al que se vio notablemente enfadado tras la sustitución.

En términos estadísticos, al francés no le dio tiempo a demasiado: 34 pases con acierto de 40 intentados, un duelo ganado de tres disputados y cuatro pérdidas de balón, entre ellas la que provocó el penalti del 0-2.

En Sevilla esperan que Jules vuelva a su nivel cuanto antes, y que forme de nuevo esa temida pareja junto a Diego Carlos. Como refuerzo anímico, la mañana siguente al partido se confirmó su presencia en la lista de la selección francesa sub-21, en la que ya ha jugado cuatro partidos, todos como titular.