El Real Betis llegaba al Camp Nou con un previsible once titular, dispuesto con el ya habitual 4-2-3-1, y plagado de ex blaugranas. En portería, Claudio Bravo se mediría a su ex equipo. Marc Bartra, pareja de Mandi, actuaría en el centro de la zaga, mientras los laterales los ocuparían Álex Moreno, otro ex del conjunto catalán, y Emerson Royal, copropiedad de ambos equipos. La baja de Nabil Fekir por unas molestias daba entrada la titularidad a William Carvalho, que actuaría en el doble pivote junto a Guido Rodríguez. Por delante, Canales sería dueño de la mediapunta y a sus costados, Tello por la izquierda, también enfrentándose a su ex club, y Joaquín en la derecha. En punta de ataque, sí, otro ex culé, Sanabria, sería el hombre para el gol.

En el FC Barcelona sí hubo sorpresas en el once. Leo Messi iba a empezar el duelo desde el banquillo. Los culés comparecieron con un esquema similar al del Real Betis, con Ter Stegen volviendo a competir en Liga tras superar su lesión, una defensa de cuatro con Piqué y Lenglet como pareja de centrales, y Jordi Alba y Sergi Roberto en los laterales. En el doble pivote, Busquets acompañaría a De Jong. Dembelé y Ansu Fati ocuparían las bandas, el joven Pedri la mediapunta y Griezmann la posición del '9'.

El encuentro comenzó con dos equipos muy parejos, mucho más preocupados de la faceta ofensiva que de la defensiva: verticalidad, velocidad, presión alta e insistencia en ataque marcaron los primeros compases del partido. Las bandas fueron un correcalles. Se pudieron ver jugadas combinativas, mucha potencia, descaro, desborde y poca disciplina en la zaga. Si en una jugada era Dembelé el que se zafaba de Álex Moreno, en la siguiente, el zurdo hacía lo propio con Sergi Roberto en el otro extremo del campo. El partido estaba bonito, para el espectador neutral, claro. El frenético ritmo desembocaba en numerosas ocasiones de gol, mucho más claras y habituales a favor del conjunto blaugrana.

Hasta el 22' no se movió el electrónico. Fue entonces cuando Ousmane Dembelé se zafó de su par y encontró espacio para el disparo dentro del área. No pudo hacer más Bravo, por la potencia del golpeo y por la presencia de Griezmann en la trayectoria del gol, que se encontraba, además, en posición antirreglamentaria. En el 31', Mandi cometió su primer penalti de la tarde tras golpear a Ansu Fati por detrás. Pero Claudio Bravo, providencial, detuvo el lanzamiento de Griezmann, que no estaba teniendo su mejor tarde. El Real Betis no detenía una pena máxima desde la temporada 18/19, con Pau López aún bajo palos. Los de Pellegrini insistieron en busca de su diana. Tello pudo marcar el tanto del empate tras un pase de Álex Moreno al que Canales le había filtrado un balón medido, pero el esférico se fue rozando el larguero. Con los 45' reglamentarios ya cumplidos, los verdiblancos encontraron el camino tras otra buena internada del conjunto de Heliópolis por el costado izquierdo, su mejor baza en el Camp Nou. El '11' bético puso un pase raso al corazón del área que ningún zaguero azulgrana acertó a despejar, y el esférico acabó en los pies de Sanabria, que remató de primeras.

En la segunda mitad, se pudo ver a Leo Messi despojarse del peto de suplente, listo para entrar en el terreno de juego por Ansu Fati, que se había lesionado en la jugada del penalti. El astro argentino revolucionó el partido. A los cuatro minutos de iniciarse la segunda mitad, Jordi Alba, que superó como quiso a Emerson durante todo el encuentro, puso una pelota rasa al área que con mucha inteligencia el '10' blaugrana dejó pasar, engañando a toda la zaga bética. Griezmann fue quien la encontró para el gol. Solo once minutos más tarde, Aissa Mandi detuvo bajo palos con el brazo un remate de Dembelé, acción sancionada con la pena máxima por el VÁRbitro del duelo, y que supuso la expulsión directa del argelino. Esta vez sí, Messi transformó desde los once metros y puso el 3-1 en el electrónico.

El Real Betis trató de igualar el partido pese a la inferioridad numérica, y vio recompensado su esfuerzo en las botas de Loren, que acababa de entrar en el encuentro y que consiguió marcar tras una buena jugada y gran pase de Álex Moreno, una vez más creando peligro por su banda. Pero hasta ahí llegó la esperanza bética. El FC Barcelona hizo que su superioridad, tanto numérica como futbolística se reflejara en el marcador. Messi de nuevo, habilitado por Marc Bartra, que no permaneció en línea con sus compañeros, y Pedri después, al que Emerson se olvidó de marcar, cerraron la manita culé.

Los verdiblancos, fieles a su estilo, plantearon un partido atrevido. El FC Barcelona, por su parte, herido y titubeante ante la falta de gol en las últimas jornadas, encontró en los de Heliópolis el rival perfecto para reencontrarse con su acierto goleador. La valentía castigó a un Betis que debe ser mucho más consciente de sus carencias, y tratar de no mostrarlas a pecho descubierto a rivales de semejante envergadura, que en la máxima competición no perdonan.