El próximo 22 de noviembre de 2020, la Sociedad Deportiva Eibar afrontará su décimo compromiso de Liga cuando en el Estadio municipal de Ipurúa reciba al Getafe. Ambos conjuntos vienen fechas consecutivas de no conseguir la victoria. Por un lado, los del País Vasco cayeron 0-2 ante el Cádiz e igualaron a uno frente al Huesca, en sus últimas presentaciones. Por el otro, los de la comunidad madrileña empataron en dos ante el Valencia y cayeron 1-3 frente al Villarreal, el escolta del certamen.
Puntualizando sobre el último compromiso liguero de los pupilos de José Bordalás, este entrenador que ha sorprendido a propios y extraños debido al rendimiento satisfactorio de sus dirigidos, para recibir al submarino amarillo en el Estadio Coliseum Alfonso Pérez diagramó un esquema táctico de 4-4-2. Bajo palos se ubicaba David Soria. Mientras tanto, en los laterales defensivos se posicionaron Erik Cabaco por la derecha y Allan Nyom en la izquierda, mientras que Djené Dakonam y Chema Rodríguez ocuparon la zaga. Por su parte, Mauro Arambarri y David Timor estuvieron en la zona de máquinas, respaldados a los costados por Nemanja Maksimovich en banda derecha y Marc Cucurella en la izquierda. Por último, Enes Ünal y Juan Hernández completaron el inicial desde la delantera.
Presión, una de sus armas
La intensidad es uno de los rasgos que no debe de ausentarse en los esquemas de Bordalás. Fiel a su estilo, el de Alicante imprime al máximo esta circunstancia. Para ello, planta en campo rival entre cinco o seis futbolistas para incomodar a su rival de turno, robar en alto y desde el error o recuperación en el tercio superior atacar directo, hallando desestabilizada la estructura contraria. Frente al Villarreal, se observaba como en la primera parte los azulones configuraban una primera línea de tres futbolistas prácticamente a la altura de la frontal del área. Ellos eran Cucho Hernández en banda derecha, Ünal desde el centro y Cucurella por la izquierda. Asimismo, contaban con el apoyo tanto del doble pivote como así también el refuerzo de la banda derecha por parte de Maksimovich.
Por otro lado, en lo que hace a su estructura defensiva y puntualizando sobre su última línea, el bloque de la retaguardia se conformó lineal. Entonces, una de las alternativas que tuvo el submarino amarillo de romper con la presión y de encontrar un camino para generarle situaciones de peligro a través de pases cruzados o paralelos. Así, esto resultaba muy dañino para el colectivo azul que no encontraba remedio alguno para contrarrestarlo. Las formas de pase que más dificultades le provocó desequilibrios en su última línea fueron los balones cruzados.
Equipo sólido y de fútbol directo
Getafe además de la presión que sostiene a nivel colectivo, un mecanismo que desgasta a sus rivales y del cual saca provecho para explotar al máximo sus potencialidades, es la de un conjunto que comprime sus líneas. Cuando la presión surte efecto, la línea de la retaguardia se instala en la zona media, el mediocampo ocupa una posición por delante del círculo central y los delanteros próximos a la frontal del área. Ello hace que, en razón de 50 metros, a excepción de David Soria se encuentran todos los jugadores de campo comprometidos. No obstante, cuando el contrincante supera esa línea de presión se vislumbra un equipo más largo con la defensa en el tercio superior, con más de 50 metros entre la zaga central y los delanteros.
Asimismo, en lo que, a elaboración y construcción del juego, quien le otorga ese toque distintivo como organizador de los ataques es Nemanja Maksimovich. El futbolista serbio y se notaba que su posición más cómoda no fue la banda derecha. En una posición más centralizada, en la zona de máquinas junto a Arambarri, el uruguayo actuó de perfil más defensivo entre los centrales y el '20' osciló de mediocentro ofensivo, como así también se le pudo observar de falso acompañante de Ángel. En esta posición centrada de Maksimovich se observaba la mejor versión del Getafe, punto de apoyo para generar superioridad numérica en las bandas, asociándose con Marc Cucurella entre otros.
Variantes en ataque
Luego de los desbarajustes del primer tiempo, Bordalás cambiaba no de esquema sino de nombres. Nyom (lateral zurdo en la etapa inicial) pasó al otro costado, Cucurella (volante izquierdo) retrocedió a la defensiva por ese costado, mientras que Víctor Mollejo se desempeñó por ese ala, 'Cucho' Hernández pasaba de delantero a volante derecho y Jaime Mata de acompañante de Ángel. No sólo fue cuestión de nombres, sino que el equipo adquirió más fluidez (más pases de banda al eje y viceversa) con el balón, se sucedieron más superioridades de banda y el colectivo tuvo una posesión más efectiva. Dos sociedades se observaron en la segunda parte. La primera Cucurella-Mollejo a la que se añadía Maksimovich de apoyo para proporcionar una especie de triángulo en la superioridad del costado izquierda. La otra, se observaba entre Mata y Hernández que se estacionaban en la derecha para permitir que Maksimovich ocupara la posición de doble '9' al lado de Ángel.
En lo que se refiere a la zona defensiva y con el resultado de desventaja por dos goles, ello fue obligando a que el conjunto se fuera más arriba. Cucurella se posicionaba de volante de banda, mientras que Nyom ofició de tercer central junto a Chema y Djené, teniendo por delante a Arambarri y 'Cucu', flotando en una especie de organizador Maksimovich aunque cuando no administraba se iba más arriba, y luego, una línea de cinco o seis futbolistas para la amplitud en el campo. Esta circunstancia, hizo que el equipo quedar prácticamente mano a mano y con la llegada de una segunda línea del Villarreal, este pudo romper con facilidad a la defensiva de los azulones.