El Deportivo de la Coruña pese a que cosechó unos buenos resultados durante las primeras jornadas de la competición, consiguiendo 10 puntos de 12 posible, no se ha librado de muchas de las críticas en cuanto a juego del equipo y, la mayoría de ellas, van dirigidas al entrenador. 

El de Castrofeito ha querido dar a entender en este periodo de tiempo su idea de bloque en cuanto a equipo se refiere, ya que le dio la oportunidad de salir desde el inicio a prácticamente los mismos cada finde semana, lo que nos lleva a pensar que también quiso probar su 'once tipo' de cara al futuro. Cabe destacar que las pocas modificaciones en las alineaciones han sido todas por lesión, algo que nos sorprende ya que Fernando suele variar jugadores en cada encuentro.

Si vemos la formación elegida por Fernando, podemos comprobar que el equipo sale de inicio con un 4-1-4-1, tratando de reforzarse en defensa y dejando que el rival lleve las riendas de los primeros minutos dándole la posesión del balón, algo que no suele funcionar y el equipo no se siente del todo cómodo. Con este esquema lo único que se intenta es una alta presión sobre el otro equipo, que la gran mayoría de veces no funciona debido a los espacios que hay entre líneas y lo perdidos que están algunos jugadores como Borges.

A medida que avanza el encuentro, el técnico herculino cambia a un 4-2-3-1, sistema que hasta ahora da unas mejores sensaciones y hace que el rival deje de tener tanto el 'cuero'.

Pero las duras críticas vienen sobre todo por la idea de juego que el Dépor propone y lo mucho que le cuesta al equipo crear jugadas de peligro en ataque. ¿Cúal es esa idea de juego? Durante muchas fases de los partidos, tanto como local como visitante, hemos visto que para Fernando antes de intentar marcar, lo primero es no encajar. Y es que el Dépor es el equipo que menos gol ha encajado (1) y parece que en esta Segunda B es algo fundamental.

En ataque al equipo sí que se le pide más ya que hay tramos donde el equipo depende de alguna jugada individual o algún centro que encuentre rematador. Hasta ahora hemos podido ver una escasa creatividad en ese sentido, sin ser capaces de que el equipo conecte jugadas y consiga llevar de un lado al otro el balón con rapidez, lo que hace que el rival se sienta cómodo y pueda crear peligro a la contra. La poca asociación de Nacho y Beauvue hace que el equipo a penas cree juego por dentro y tienda a recurrir a centros laterales que se despejan con facilidad.

Tras este parón, seguro que empezará a haber modificaciones en todos los ámbitos, pudiendo pasar a jugar con dos 'puntas' y cambiar a un 4-4-2 o tratar de darle oportunidad a jugadores que están saliendo desde el banquillo.