A pesar de nacer en Madrid durante el verano del 2000, Manu Sánchez pasó la mayor parte de su infancia en Cataluña. En la localidad condal vivió durante sus primeros 13 años, dando patadas a un balón soñando algún día con vestir la elástica rojiblanca en el Vicente Calderón.
Durante sus años en Barcelona, disfrutó del futbol en la cantera del Unió Esportiva Cornellá y un breve paso en el FC Barcelona. Tras ello, fichó por el Atlético de Madrid deleitando a los aficionados que cada domingo disfrutaban de sus internadas en Majadahonda. Con unas temporadas espectaculares tanto en el juvenil División de Honor del conjunto colchonero como en el Atlético B, Simeone se fijó en su talento viajando con el primer equipo a Israel, siendo el país de Medio Oriente curiosamente el próximo rival de la selección sub-21.
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Una llamada en un momento crucial
Como si de un castillo de naipes se tratara, una carambola ha hecho que el jugador esté con la selección sub-21. Gayá lesionado en el partido que enfrentaba a España con Países Bajos por un golpe que le abrió la ceja puso las alarmas de “la roja”. Luis Enrique necesitaba un lateral que tuviera un PCR negativo máximo 24 horas atrás, siendo Marc Cucurella uno de los jugadores que cumplía esa condición, por ello, el asturiano llamó al futbolista del Getafe, teniendo que incorporar Luis de la Fuente a un futbolista que sustituyera a Cucurella, siendo el elegido Manu Sánchez, teniendo la oportunidad de disputar minutos con la selección sub-21.
El lateral ha disputado 7 partidos con el Atlético de Madrid debutando en diciembre de 2019 en un encuentro frente a Osasuna. Habiendo participado en solo 6 encuentros con la elástica rojiblanca, el club le dio la oportunidad de ser jugador del primer equipo con un dorsal que previamente había portado Filipe Luis. A pesar de ello, el entrenador argentino no le esta dando protagonismo esta temporada teniendo únicamente la oportunidad de disputar 49 minutos en el duelo contra el Celta de Vigo en la sexta jornada.
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Una salida frustrada
El futbolista madrileño tuvo la ocasión de salir cedido a un club que prácticamente lo tenia hecho como Osasuna, rival frente al que debutó como rojiblanco. Renan Lodi necesitaba un sustituto, un jugador con experiencia que pudiera darle mayores minutos de calidad al primer equipo sin verse resentido en esta posición. Para ello, la entidad rojiblanca tenía un plan, cediendo a Manu Sánchez al club rojillo repescando a Caio Henrique que estaba cedido en el Gremio. El interés del Mónaco por el brasileño hizo que lo fichara a cambio de 8 millones y Manu se quedara en la plantilla del primer equipo.