Tres semanas de parón. 3 largas semanas que debieron servir a Javi Rozada y a su cuerpo técnico no sólo para poner a tono a aquellos futbolistas faltos de ritmo como Cedric o Soko (el primero estuvo perdido en el campo y el segundo no dispuso de un sólo minuto), sino para afianzar el estilo de juego y el dominio racinguista en los partidos, el gran "debe" hasta la fecha. Nada más lejos de la realidad.  

El Racing salió con defensa de 4 por primera vez en la temporada, ante la baja de Jordi Figueras. Nana e Íñigo en los mandos, con Bustos y Torre en las bandas (lo que sea con tal de no ponerlo de MP), y Cedric y Balboa en punta. El Laredo por su parte no contó con 2 de sus mejores efectivos, Miguel Goñi y Saúl García, debido a la famosa "cláusula Munitis". No se notó. 

La intensidad, clave en el encuentro

El ritmo altísimo que imprimió el conjunto local fue la nota dominante al inicio del partido. Mucho balón dividido, disputas por alto y choques intensos marcaron el devenir de la primera mitad, a la que el Racing respondió en mayor o menor medida. Una clara ocasión local se estrelló en la cruceta a la que el Racing respondió con sendas llegadas sin mayor transcendencia. Parecía que lo peor había pasado.

Sin embargo, una vez contrarrestado este empuje inicial, los pupilos de Rozada se perdieron en balones largos y directos que sólo Balboa conseguía disputar con cierto éxito. Muy poco de Cedric que por momentos mostró incluso apatía, sin apenas ofrecerse y muy impreciso con los balones que le llegaban. Fruto de ello, el Racing no conseguía plasmar sobre el verde sus teóricas virtudes: No hubo lugar a los 1 vs 1 en banda de Bustos, muy activo pese a volver de lesión. Tampoco se vieron posesiones largas donde se desgastase al rival. Nana e Íñigo apenas tocaron el esférico con los pies en la primera parte. Poco de Pablo Torre en banda. No parece su sitio y ya va siendo hora de verle 90 minutos por el centro cerca de su zona de máxima influencia, el área rival. Aún así, tuvo tiempo de recibir 3 patadas de amarilla.

Por otro lado, el Laredo con muy poco lograba las mejores ocasiones, gracias por ejemplo a saques de banda y segundas jugadas, con un Siafá desatado. Bernardo Matic y Óscar Gil tuvieron que emplearse a fondo con él sin conseguir en muchas ocasiones frenarle. Con este panorama, se llegaba al descanso con la sensación de que se jugaba a lo que el Laredo quería.

Tras el descanso, más de lo mismo

Algunos podíamos pensar, inocentemente, que el descanso serviría para analizar los errores y quizás corregir el sistema o la idea de juego. Salieron los mismos 11 jugadores, para de nuevo perderse en balones directos donde el charles se encontraba como pez en el agua. Mala pinta. La única vez en la que los visitantes hilaron 8-9 pases seguidos, descolocaron a los locales permitiendo a Ceballos llegar a la línea de fondo (no fue su mejor partido) para, tras un buen centro, conectar con Cedric (esta vez sí), que cedió atrás para que Bustos la mandase al larguero. Ocasión clarísima y la hoja de ruta (que ya era un clamor desde el minuto 15) no podía estar más clara. 

Sin embargo, la ocasión no se tradujo en un mayor dominio de los verdiblancos (hoy de negro) volviendo a las disputas de la primera parte donde la teórica mayor calidad racinguista no salió a relucir. Javi Rozada introdujo los primeros cambios en el 65 dando entrada a Jon Ander y Cejudo por Cedric y Balboa. Quizás el segundo mereciera otra suerte. Aunque el "9" salió con ganas y peleón, apenas entró en contacto con la bola. Cejudo por su parte, dejó pinceladas de gran calidad pero no aportó el temple y control que requería el partido.

Como último cambio, Bustos (de lo mejor del encuentro, enchufado desde el minuto 1 y dando muestras del jugador diferencial que debe ser en esta categoría) dejó su lugar para que lo ocupase Marco Camus, que apenas tuvo tiempo para un par de desbordes en banda izquierda junto a Maynau. El lateral catalán no estuvo del todo preciso en alguna acción puntual, pero va claramente a más y para mí tiene potencial para crecer y ser un lateral más que solvente en este equipo, tanto en defensa como en ataque. 

En definitiva, partido gris del Racing que jugó a merced del Laredo la mayor parte del tiempo. Lo positivo, 1 punto más que habrá que hacer bueno ganando el próximo fin de semana ante el colista en El Sardinero. La cruz, la aparente falta de reacción en el banquillo racinguista. Había opciones para proponer cambios (Benktib, Torre al centro...) y eso que otro de los grandes peloteros de este equipo, como es Martín Solar, se quedó fuera de la convocatoria. Hay tiempo y equipo para aprender de los errores y subsanarlos. Hagámoslo.

VAVEL Logo