El Barcelona B continúa con una nefasta racha fuera de casa en la temporada 20-21, en la que ha cosechado dos derrotas en los dos desplazamientos fuera del Johan Cruyff sin marcar contra el Andorra y, esta vez, contra el Hospitalet. El filial suma tan solo cuatro puntos de doce posibles y, lo peor de todo, muy malas sensaciones en la generación de juego ofensivo en campo contrario.

El cambio de disposición ofensiva

Por primera vez esta temporada, García Pimienta apostó por colocar a los dos extremos a pie natural. Tanto Nils Mortimer por izquierda como Gustavo Maia por derecha buscaban la profundidad por las bandas, o esa era la idea inicial del entrenador catalán. Sin embargo, los dos jugadores de ataque exterior producieron escasas situaciones de peligro en la primera mitad.

Tras el descanso Pimienta dio entrada a su jugador más desequilibrante. Konrad de la Fuente saltó al terreno de juego en la segunda parte con un aire distinto al de sus compañeros. Viendo que su equipo no carburaba, el estadounidense le puso una marcha más al encuentro; lo agitó casi desmesuradamente y el Barça mejoró con creces sus prestaciones. No obstante, los minutos de clara superioridad ‘culé’ no se vieron reflejados en el marcador por la buena labor defensiva del Hospitalet.

Centrales e interiores, correctos

Pese a la derrota, no todo fueron malas noticias. El eje defensivo conformado por el portero Iñaki Peña y los centrales Ramos Mingo y Arnau Comas está logrando recibir muy pocas ocasiones de gol, aunque de momento están siendo decisivas.

Además, la salida por lesión de Oriol Busquets en el centro del campo permitió ver juntos a dos jugones como Lucas de Vega y Nico González. Los dos interiores se manejaron con soltura ante la presión rival en campo propio y mostraron unos dotes técnicos por encima de la categoría en la que juegan.