Julen Lopetegui dispone de un variopinto abanico de jugadores de corte ofensivo. Nada desdeñable. Pero no descubrimos América por decir que la cantidad de goles anotados es exigua. De Jong y En Nesyri son delanteros con calidad para este Sevilla, pero su frecuencia goleadora deja mucho que desear. 

En la nómina de futbolistas hay otro chico que suele sacar al equipo hispalense del atolladero. Se llama Munir El Haddadi; marca goles importantes y no es titular indiscutible. El canterano del FC Barcelona volvió a brillar con luz propia en Krasnodar. Y luchando contra todo, con las molestias y con el marcador, volvió a hacer gala de su velocidad, de su exquisito control de la pelota y de su increíble capacidad para aparecer cuando más se le necesita. 
 

Los datos le respaldan 

Posee el mejor promedio de goles  por minuto de toda la delantera. Pese a que En Nesyri tenga la mejor marca -un tanto cada 140'- , no hay que olvidar que Munir -un gol cada 152'- ha jugado menos partidos que su compañero. A de Jong -con un unidad cada 180'-, el otro ariete del plantel, también lo aventaja. Por no hablar de la importancia de sus tantos. Todos los que ha anotado en la presente campaña han servido para que el Sevilla sume tanto en LaLiga como en la Champions. Desde el que le hizo al Cádiz en el descuento hasta el de Krasnodar, con el del Celta entre medias. Al mismo tiempo, es un pilar fundamental en la creación sevillista al desempeñarse, incluso, como asistente en ciertos partidos.

Además, fue el hombre insignia de Lopetegui cuando regresó la competición doméstica tras el confinamiento y el máximo artillero hispalense en la pasada UEFA Europa League. 

¿Por qué no es titular Munir? Cuenta con el beneplácito absoluto de la hinchada, que desgasta las yemas de sus dedos pidiendo su titularidad en redes sociales. No obstante, algo tiene que ver el de Asteasu para no darle plena confianza. Llegó en enero de 2019 como una ganga detectada por Caparrós y siempre ha tenido que demostrar más que sus compañeros. Y no se entiende. El índice de error de sus compañeros es mayor y sus aportaciones no son regulares. No así con Munir, que es sinónimo de peligro. 

El fútbol es sabio y reconoce el esfuerzo y el acierto. La presencia de Munir ha ido a más y sus participaciones son fuente de alegría. El papel de revulsivo, para un periodo de tiempo, es atractivo, pero es hora de reconocer el trabajo y plantarse como un fijo. El fútbol está poniendo a Munir en su sitio. Falta que Lopetegui lo haga. 

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