En la tarde de ayer, más concretamente a las 15:50, conocíamos, a través del Atlético de Madrid, que a Diego Costa se le había detectado una trombosis venosa profunda. El anuncio se produjo horas antes del partido que enfrentaba al conjunto rojiblanco con el Lokomotiv de Moscú, encuentro para el que el jugador de Lagarto estaba convocado, pero en el que finalmente no participó.

El futbolista venía de la lesión en Vigo del pasado 17 de octubre, y estaba en pleno proceso de reaparición. Se perdió los partidos frente a Bayern, Betis, Salzburgo, Osasuna, Lokomotiv y Cádiz, y había comenzado a trabajar con el grupo la semana pasada de cara al encuentro frente al Barcelona, en el que participó unos minutos. El Cholo contaba con él también para la Champions, pero la mala fortuna ha vuelto a llamar a su puerta.

Diego Costa conversa con sus compañeros en el entrenamiento previo al partido de ayer // FOTO: Twitter del Atlético de Madrid
Diego Costa conversa con sus compañeros en el entrenamiento previo al partido de ayer // FOTO: Twitter del Atlético de Madrid

 

Un tema serio

En esta ocasión, además, el asunto reviste una mayor seriedad. Y es que es una dolencia extraña para una persona de su edad, que podría ser consecuencia del Covid-19 que atravesó en el mes de septiembre.  La trombosis venosa profunda es un coágulo en la sangre que se origina en una vena profunda de nuestro cuerpo y que, si se complica, puede derivar en un problema importante de pulmón. No se trata, por tanto, de lesión, sino de enfermedad, y es por ello que se pide cautela.

Se preveen así, como mínimo, varias semanas de baja para el delantero cuando no habían pasado, todavía, ni siete días de su vuelta a los entrenamientos, y en un momento en el que podría haber aprovechado la ausencia de Suárez para reivindicarse.

Nuevo varapalo, por tanto, para un Costa que desde que regresó al Atletico de Madrid no ha vuelto a encontrar la continuidad que alcanzó en su primera etapa. 15 son las lesiones que acumula el hispano-brasileño desde su vuelta. Y, si a esto se le añade que su rendimiento no ha sido el que se esperaba y que esta temporada, más que nunca, peligra su titularidad, la cosa se recrudece para el internacional español.