Jornada 11 de LaLiga Santander. Domingo. Nueve de la noche. El partidazo de la jornada: Real Sociedad-Villarreal. Primero contra tercero en la clasificación. Ambos equipos se enfrentaban a un hueso duro de roer. Una cosa estaba clara, si querían la victoria, deberían morir por ella.

El encuentro comenzaba como todos en esta triste jornada de LaLiga, marcada por el fallecimiento de Don Diego Armando Maradona. Los dos equipos se colocaron en el centro del campo, rodeándolo, para rendir homenaje al Dios del fútbol. Una pérdida no sólo para los argentinos, sino para todo el fútbol internacional, y, por qué no decirlo, para la sociedad en general. Maradona sin duda, era más que un jugador, era un símbolo mundial.

Y tras el minuto de silencio, el show debía continuar. Gil Manzano pitó el inicio del partido y el balón comenzó a rodar. El Villarreal sacaba de centro, Asenjo, Estupiñan, Pau Torres, Albiol, Mario Gaspar; Iborra, Trigueros, Parejo; Pedraza, Bacca y Gerard Moreno serían los guerreros del Submarino para vencer en la batalla.

La Real se defendía, y lo hacía con: Remiro, Elustondo, Zubeldia, Le Normand, Ahien Muñoz; Guevara, Merino, Roberto López; Barrenetxea, Willian José y Oyarzabal. Los de Imanol se defendieron tanto, que a los 4 minutos provocaron penalty sobre Pervis Estupiñan. El ecuatoriano, más veloz que el correcaminos, se adentró en el área en busca de un balón dividido, Aritz Elustondo midió mal y se lo llevó por delante.

No haría falta revisarlo, Gil Manzano pitó penalty y Gerard Moreno sería el encargado de lanzarlo. Gerard, una vez más, se enfrentaba al punto de penalty, en esta ocasión tenía enfrente a Remiro, pero al delantero del Villarreal parece no importarle quién esté delante. Con toda la calma y parsimonia del mundo, lanzó y transformó la pena máxima.

Los vascos, como buenos vascos, no se vinieron abajo con el gol del Villarreal. Todo lo contrario, se echaron arriba y generaron ocasiones como para conseguir el empate. Hasta que pasó la primera media hora de partido. Una medio chilena de Merino dejaba muy bien posicionado a Elustondo para marcar, sin embargo, el cabezazo se desvió a la derecha de la portería de Asenjo.

Esto no iba a acabar ahí, el árbitro pitó un córner inexistente a favor de la Real Sociedad, y, por las cosas que tiene el fútbol, en el mismo lanzamiento, Pau Torres cometería penalty sobre Merino, en una jugada bastante evitable por el zaguero castellonense.

Mikel Oyarzabal iba a ser quién tirara en penalty. Asenjo, en un intento de poner nervioso al capitán, se movía de un lado a otro, pero, a Oyarzabal no le asusta ni un león hambriento en mitad de la sabana y, con una seguridad insultante, asestaba un disparo a la derecha del guardameta. El 1-1 subía al marcador.

Entre tanto, la intensidad y tensión se apoderaba de ambos conjuntos. Cada balón divido era una batalla que no podían perder, cada balón en largo un regalo que no iban a dejar escapar. Y ahí, comenzó el festín de las amarrillas.

La segunda parte

La primera mitad fue demasiado intensa, tal es así, que Imanol decidió prescindir de Elustondo por si recibía una segunda tarjeta amarilla y en su lugar, entró Zaldua. En el Villarreal, el damnificado fue Bacca, que, fruto a varios encontronazos, uno de ellos justo antes del inicio del descanso, no pudo saltar al césped por lesión, y en su lugar, entró Chukwueze.

La segunda parte fue mucho menos intensa que la primera. Los dos equipos buscaban la victoria, pero no con la garra que habían demostrado al inicio del partido, fruto posiblemente del cansancio y de las indicaciones de los entrenadores.

Los dos buscaron ir a por el partido, Emery con las incorporaciones de Kubo y Coquellin. Imanol con las de Portu y Januzaj. Pero no fue suficiente para que alguno se llevara los 3 puntos. Ambos dieron por bueno el punto, en un partido maravilloso para el espectador del fútbol.

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