Kiko Olivas, defensa central del Real Valladolid, tuvo la mala fortuna de sufrir una grave lesión de rodilla la temporada pasada. En la jornada 37, el 16 de julio de 2020, sin nada ya en juego, el Pucela visitó el estadio de Ipurúa para enfrentarse al Éibar. Kiko fue titular, pero no aguantaría todo el partido. En el minuto 32, el jugador, que había sido el jugador de campo más utilizado por Sergio González en toda la temporada, tuvo la mala fortuna de pisar un desnivel por fuera del rectángulo de juego que le dejó K.O. la rodilla. Se le diagnosticó una de las peores lesiones que puede tener un futbolista: rotura en el ligamento cruzado anterior, lesión en el cuerpo menisco externo, esguince de grado I en el ligamento colateral lateral y un edema óseo en el cóndilo femoral externo. El tiempo aproximado de baja era de unos ocho meses, es decir, hasta marzo del año 2021, perdiéndose gran parte de la temporada 2020/21. Fue operado el día 31 de julio.

Sin embargo, y tras muchos meses de esfuerzo, tanto físico como mental, la recuperación del futbolista pucelano ha ido mejor de lo que se esperaba. Ya llevaba varias semanas en el gimnasio, entrenándose para recuperar la fuerza y el ritmo. Este lunes, el Real Valladolid ha informado que Kiko Olivas se ha sometido satisfactoriamente a un proceso artroscópico en su rodilla izquierda. Esta intervención ha permitido la liberación de adherencia y la aceleración del proceso de recuperación.

Aún queda tiempo de recuperación para el jugador de 32 años, pero se espera que pueda volver a entrenar con el resto del equipo en las próximas semanas. Queda el proceso de coger el ritmo de competición que ha perdido en estos meses y que necesita para volver a jugar, pero su vuelta sería el mejor fichaje de invierno para el club, que ha perdido mucho nivel defensivo desde su ausencia.