Error 404 page not found. El Barça ha pasado página, pero de la forma menos exitosa. Lo visto el pasado miércoles en el Puskás Aréna ante el Ferencváros ha pasado a un segundo plano en la fiebre de este sábado noche. Fiebre porque el Cádiz, impregnado de moral de UEFA Europa League, no ha parado de generarle dolores de cabeza al Barcelona de LaLiga Santander en su Carranza. Sí. Al Barcelona de LaLiga Santander porque, en Europa, la imagen es bien distinta. Mientras en Hungría, el plan B de Ronald Koeman invitaba a instaurarse en el optimismo sin algunos de los "titulares", rotando y dando la talla, con Messi en su casa y sin apenas notarlo y consiguiendo de la cantera la respuesta esperada, haciéndose así respetar, lo visto en la jornada 12 vuelve a convertir a la incertidumbre en protagonista teniendo en cuenta que, ahora mismo, su posicionamiento en la tabla le deja fuera de la máxima competición continental de cara a la próxima campaña.

En territorio andaluz, hubo mucho ruido y pocas nueces. Del partido jugado ante los de Álvaro Cervera, más que brillantes en su planteamiento, capaces de generar dudas en el esquema táctico culé, falto de jugadores de desborde desde el inicio como Ousmane Dembélé o 'Pedri', se puede sacar como conclusión que Ronald Koeman se ha aficionado a tener un '9' capaz de fijar a los centrales del rival, lo cual implica una mayor confianza para un Martin Braithwaite que, en los últimos partidos, también le ha venido haciendo bien a un Griezmann falto de moral y que, poco a poco, va descorchando su despegue. Mala suerte tuvo un Mingueza que fallaba en los primeros compases del partido poniendo en bandeja el primer gol de los locales, cada vez más crecidos sobre el césped y que sacaron a relucir en todo momento la carencia de efectividad azulgrana. Lo inusual parece haberse convertido en rutina en Can Barça. Nada más lejos de la realidad. El Barça lleva contando sus partidos por victoria desde que cayó ante el Atlético de Madrid y parece no ser capaz de remontar el vuelo en el marco de la competición doméstica. Y, para colmo, Álvaro Negredo achuchaba a la defensa para hacer el segundo y convertir el feudo de "La Tacita de Plata" en un fortín.

La suplencia de 'Pedri' también generaba cierto desconcierto a sabiendas de que el chaval, que fue revulsivo en la segunda parte y mejoró el dinamismo del equipo, no encadenaba dos ausencias en el once inicial desde el arranque del campeonato. Sin el desborde tan necesitado, el Barcelona dejaba entrever lo que lleva sufriendo bastante tiempo: es un equipo que quiere el balón y, a rivales como el Cádiz, que busca todo lo contrario, eso les aburre. Álvaro Cervera, que gusta más de un fútbol directo, no fallaba, aprovechaba sus oportunidades a la perfección mientras el rival se atascaba en ataque y, para colmo, achicó espacios en defensa de forma incesante para neutralizar a Leo Messi y compañía y provocar la cuarta derrota del Barcelona en lo que va de campeonato.

Bien es cierto que el dominio posicional de los culés no paró de ser abrumador, pero faltó eficacia. Los de Koeman no pudieron romper la férrea defensa del Cádiz y, pese a llegar con peligro en varias ocasiones, la solvencia de los gaditanos permitía pocos remates a portería. A ello, hay que sumarle el infortunio que supuso el que Marc-André ter Stegen tuviera una de sus noches más grises bajo palos. Ni los cambios para sumarle una marcha más al partido pudieron paliar la actitud más inofensiva de un Barça que sigue quedándose sin opciones factibles para pelear por el título que más lleva ansiando desde que fue desbancado por su máximo rival en la pasada campaña y que parece acusar la falta de entendimiento entre centrales y guardametas después de lo que se vio con Piqué y Neto en Vitoria, Piqué y Marc-André ter Stegen en el Wanda y lo presenciado hoy. Tampoco se queda lejos lo de meter a cinco delanteros con calzador y la falta de equilibrio en el esquema. Ya se han perdido muchos puntos y estando a 12 del líder, reaccionar no parece fácil. La táctica del Carranza falló y las expectativas en Liga se van reduciendo.

Mientras la ilusión se arraiga en Europa, la otra cara de la moneda muestra unas fisuras difíciles de coser entre tanta competencia y que se recuperen las buenas sensaciones sigue dependiendo de alguna genialidad de algún crack. La realidad no es otra que la que corrobora que no entrar en Champions ya no puede descartarse. El frenazo del Barça en Liga es cuanto menos grotesco y cualquiera se atreve a confiar con este desaguisado.