La final de Copa que tienen pendiente Real Sociedad y Athletic Club apunta a ser el primer partido en el que volvamos a ver público en las gradas en España. Al menos esa es la intención y el compromiso que tienen desde la RFEF y el CSD, siempre que la situación epidemiológica lo permita. Cabe recordar que la disputa del encuentro está prevista para el 4 de abril, toda vez que ambos clubes renunciaron a jugarlo el pasado 18 de abril ante la imposibilidad de poder hacerlo con sus aficiones llenando el sevillano Estadio de la Cartuja, en lo que hubiera sido un día memorable para el fútbol vasco.

Real Sociedad y Athletic Club alcanzaron la final de la Copa 2019/20 tras deshacerse de Mirandés y Granada, respectivamente, en semifinales. Era la primera vez que los dos clubes con más solera del panorama futbolístico vasco coincidían en la gran final de la Copa del Rey, con lo que la expectación era máxima. Este factor emocional y la particular rivalidad deportiva entre ambos clubes puede ayudar a entender por qué se optó por posponer el partido sine die en vez de celebrarlo sin público, como se hizo en otras competiciones, máxime teniendo en cuenta que tanto Real Sociedad como Athletic renunciaron de esta forma a la jugosa posibilidad de clasificarse para Europa League vía Copa. Finalmente, los donostiarras lograron ese premio en el último minuto de la última jornada de Liga, mientras que los vizcaínos no pudieron alcanzar esos puestos de privilegio en el torneo doméstico.

Las autoridades y los aficionados son optimistas de cara a poder volver paulatinamente a los estadios a partir de primavera. Sin lugar a dudas, que este vaya a ser el primer partido con público es algo cargado de simbolismo y supondrá un rearme de moral y esperanza para el conjunto de la población. Con la inminente llegada de las vacunas y la remisión del frío en primavera, parece factible pensar que la final de Copa no vaya a ser ni mucho menos el único partido que se dispute con aficionados en las gradas a partir del próximo mes de abril. Parece que, por fin, se vislumbra cierta luz al final de este oscuro túnel. El fútbol, y la vida, pronto volverán a ser lo que eran.