Lucas Vázquez es el claro ejemplo del jugador capaz de demostrar su valía incluso cuando todo parece ir mal. En una situación tan complicada como en la que se encuentra el Real Madrid, aparece el gallego y su sorprendente capacidad como defensa para apartar las nubes del cielo negro que se había formado sobre el equipo madrileño. 

Un antes y un después para Lucas Vázquez

Cuando llegó al Madrid sorprendió y se ganó el corazón de todos; el gallego se había hecho, sin hacer demasiado ruido, un hueco importante en el equipo blanco. Sin embargo, no es ningún secreto que Lucas no venía atravesando su mejor momento últimamente. De hecho, la afición madridista llevaba ya un tiempo preguntándose qué es lo que pasaba con él. 

Hasta que, a modo de experimento y de desesperación por no saber cómo rellenar esa banda derecha, Zizou optó por colocar ahí a Lucas. Cuál fue la sorpresa al ver que el gallego, con esa alma de delantero, no solo era perfectamente capaz de llevar a cabo la tarea que requiere esa posición, sino que además lo hacía muy bien. Tanto, que Zidane cuenta con él aunque Carvajal, dueño (hasta ahora) insustituible de esa banda derecha, se encuentre disponible. Tanto, que ha adelantado a jugadores como Odriozola o Militao casi sin quererlo. 

Lucas Vázquez tiene gran parte de la culpa de que el Madrid se clasificase para octavos de final de la Champions League. Hizo un partido que sirvió como justificación para la confianza que Zidane está depositando en él. No falló: le hizo la noche imposible a Thuram en la defensa y asistió a Benzema en el gol. Y no solo eso, sino que también estuvo a punto de marcar. El contrato del gallego expira a finales de junio, y su renovación aún está en el aire. Ya lo dijo él mismo: "Eso es un tema complicado... veremos lo que pasa, yo me dedico a trabajar. En el fútbol a veces no solamente depende de una parte o de otra". De cualquier manera, él está "muy contento de estar en el Madrid", y eso lo está demostrando sobre el terreno de juego.