El Real Betis compareció ante el Villarreal en el partido correspondiente a la 13ª jornada de Liga con un previsible once titular. Joel volvió a situarse bajo palos después de que Claudio Bravo no consiguiera llegar a tiempo de su lesión. La zaga, por segunda semana consecutiva, la compusieron Emerson y Álex Moreno en las bandas y Marc Bartra y Víctor Ruiz en el centro. Por delante, Guido jugaba de pivote, acompañado por William Carvalho, que adelantaba su posición cuando su equipo atacaba. Guardado, apareciendo por banda izquierda y ayudando en tareas defensivas a Álex Moreno, y Aitor Ruibal por la derecha fueron los encargados de cubrir los laterales. Por el centro, aunque con mucha movilidad y cayendo numerosas veces a banda, se situaría Nabil Fekir, mientras que Borja Iglesias, en punta de ataque, suponía la única novedad del conjunto bético respecto al once titular en El Sadar.

Por su parte, el Villarreal sí planteó cambios en su once titular con respecto a su último partido liguero, lastrado por las lesiones que afectan a sus jugadores. El submarino amarillo visitó el Villamarín con Asenjo en portería. En defensa, sus cuatro hombres habituales: Estupiñán y Mario Gaspar ocupando las bandas y Pau y Albiol en el centro de la zaga. En el medio campo, Emery optó por colocar cuatro hombres: Iborra y Parejo dando músculo al doble pivote del equipo y Trigueros y Kubo percutiendo por las bandas. En punta de ataque, el canterano Fer Niño y Gerard Moreno serían los encargados de buscar el gol para su equipo.

El encuentro comenzó de cara para los de Unai Emery, que lograron adelantarse en el minuto cuatro de partido tras un lanzamiento de córner que remató libre de marca en el área pequeña el central Pau. Los jugadores béticos se miraban unos a otros, sabedores de la cadena de errores que desembocaron en el tempranero tanto del rival. El córner vino de un balón que Carvalho perdió al tratar de salir jugando desde atrás. Andrés Guardado, que fue, incomprensiblemente, el encargado de marcar a Pau, perdió a su rival y Víctor Ruiz, que se encontraba frente a él en el momento del remate, fue incapaz de alcanzar el esférico. Joel, mientras tanto, esperaba en su portería recibir el remate, pese a que por su altura y la colocación del centro podría haberla detenido antes de ser impactada por el adversario.

El Real Betis, al contrario que en otras ocasiones, no bajó los brazos ni dio por terminado el encuentro al verse por detrás en el marcador. Quedaban por delante 86 minutos para lograr la remontada. El empuje bético se vio favorecido por la desgracia del rival, que vio como varios de sus jugadores tenían que retirarse lesionados antes de finalizar el partido, lo que condicionó los cambios y dejó poco margen de maniobra a Unai Emery. Primero fue Iborra, que se llevaba con preocupación la mano a su rodilla después de un mal gesto con su pierda derecha. Le siguió Estupiñán antes de finalizar la primera mitad, que dejó su sitió al ex bético Pedraza. En la segunda mitad, Coquelin, que había entrado por el lesionado Iborra, también tuvo que retirarse del terreno de juego con molestias. No obstante, la primera mitad finalizó con el Villarreal por delante en el marcador, y el Real Betis sin haber inquietado a Asenjo más allá de una buena ocasión de la que dispuso Ruibal, el único que parecía creer en lo que hacía su equipo, y que el guardameta desvió con una excepcional intervención.

La segunda mitad mantuvo la igualdad de la primera. Dos equipos acusando errores individuales y sin demasiada inspiración en el área contraria. Sin embargo, esa igualdad no se reflejaría en el electrónico hasta que Aitor Ruibal marcó la diferencia. El futbolista conectó un disparo en la frontal tras un rechace que con una preciosa parábola se coló por la escuadra derecha de la portería que defendía Asenjo. El canterano, que estaba siendo el mejor del partido y el único capaz de seguirle el ritmo a Nabil Fekir en ataque, con quien se entiende bastante bien, vio recompensado su esfuerzo y empuje, y logró anotar su primer tanto oficial con la camiseta del Real Betis.

El catalán volvió a hacer alarde de su derroche físico y entrega todos los minutos que estuvo sobre el verde. La suerte es para quien la busca, y el futbolista la peleó con insistencia cada minuto que pasó en el campo. No sorprende ya verlo en ataque y observar como minutos después es quien desarticula una jugada del rival en campo propio. Su gol le valió un ‘MVP’ y el justo empate para su equipo. Ruibal suma ya su segunda titularidad consecutiva y su segundo partido siendo fundamental, después de ser el asistente de Borja Iglesias la pasada jornada en una jugada en la que también se entendió a la perfección con Fekir.

Más allá de los dos tantos, el encuentro careció de emociones. Ambos conjuntos daban por bueno el empate y fijaron su preocupación en no salir derrotados más que en llevarse la victoria. El Villarreal, por todos los contratiempos que sufrió durante los noventa minutos, y porque acusa el cansancio de un calendario más que apretado por la competición europea, y el Real Betis porque poco a poco vuelve a encontrarse consigo mismo y con su estilo, y no quería sustos ante un equipo que ha demostrado mucha superioridad en estas primeras jornadas del campeonato.