Este año (2020) será recordado desgraciadamente por todo el deportivismo, y es que si ya el hecho de bajar a Segunda B era un 'bochorno', perder contra el filial de tu eterno rival aún lo es más. La humillante derrota (1-2) contra el Celta B hace tambalear, por ahora, el proyecto del Deportivo en su ascenso a Segunda División, ya que si el equipo recibía críticas pese a los buenos resultados, con este duro golpe las opiniones se iban a endurecer todavía más.

El encuentro del pasado domingo hizo ver que el equipo tiene un problema de juego, sobre todo en la parcela ofensiva, pese a que la primera mitad fuera decente en ese sentido. El Dépor comenzó dominando el partido con una alta presión que hacía que el filial celeste no pudiera salir con el balón controlado desde su propio área. Y es que en los primeros minutos los de Fernando Vázquez gozarían de oportunidades para adelantarse en el marcador y hacer ver que eran capaces de solventar el partido con tranquilidad, pero todo fue un espejismo. En el minuto 28' Alfon, con un gran disparo desde la banda izquierda con su pierna más hábil, logró adelantar al Celta B e hizo entrar el miedo en el cuerpo a los deportivistas. En cambio, el Deportivo logró reaccionar rápido por medio de Borja Galán, que aprovechó una buena 'peinada' de Rolan dentro del área para colocar el empate con un buen remate a bocajarro cuatro minutos después.

Con el paso de los minutos, el partido comenzó a descontrolársele a Fernando Vázquez y los celtistas comenzaron a hacer mucho daño al contrataque debido a los espacios que el Dépor dejaba entre líneas. En una de estas internadas y tras un centro por banda derecha que nadie logró despejar, el balón le volvería a llegar a Alfon, que con un remate similar haría realidad lo que sería una pesadilla para el deportivismo y colocaría el 1-2 en el minuto 39'.

Llegó el descanso en Riazor, y cuando pensábamos que el Dépor sería capaz de aprovechar los más de 45' minutos de la segunda parte para reaccionar, el equipo no logró realizar a penas un tiro a puerta. Una segunda parte pésima con un Dépor ramplón, plano y sin profundidad, hizo que los visitantes se llevaran de Coruña una victoria que supone mucho más que tres puntos.  Más allá de la poca actividad en ataque, el Dépor deshizo por tierra todo lo logrado hasta la fecha, y es que si el equipo vivía sobre todo del buen balance defensivo, el pasado domingo hizo ver que también puede sufrir en esa parcela. Tras el pitido final, muchos jugadores también recibieron críticas individuales, sobre todo el uruguayo Nacho González, que parece que no encuentra su punto, y Eneko Bóveda, al que se le culpa en los dos goles ya que son desde su sector.

Fuente: RC Deportivo de la Coruña
Fuente: RC Deportivo de la Coruña

¿Cambio de equema?

Algo que se le achica a Fernando Vázquez, y no solo por este partido, es la defensa de cinco en la gran mayoría de los partidos. El entrenador herculino dejó claro que realizar una gran defensa e intentar dejar la portería a cero, era algo que incluso cobraba más importancia que el dinamismo en ataque, pero ¿Se está realmente usando como es debido una defensa de cinco?.

 Más allá de que por plantilla el Dépor puede hacer una propuesta más ofensiva para dominar los partidos, 'el profe' está colocando como carrileros a  dos jugadores que están aportando poco en ataque, algo que hasta parece una contradicción. El poco peso y la poca profundidad que tiene el equipo viene, en gran medida, por no saber aprovechar esos espacios que pueden generar sus extremos rivales a la espalda. Tanto Salva como Eneko, han sido discutidos en los últimos partidos debido a sus pocas intervenciones en ese aspecto, sobre todo sabiendo que tienes en el banquillo a jugadores como Jorge Valín o Héctor Hernández con los que puedes sacarle más provecho.