Ultimo partido de este Málaga CF que ha desatado a su afición con el juego, la humildad y el grupo de jóvenes talentos que han ido formando en este nuevo Málaga CF con aire fresco. Atrás se quedan los problemas financieros, que presente están, para despedir al Málaga CF en este año tan problemático, sobre todo, por la terrible pandemia que vive el mundo en estos momentos, en unas posiciones que dejan tranquilidad.

El Málaga CF cerró en La Rosaleda este complicado 2020 con un empate sin goles frente al UD Logroñés que rompe la racha de dos derrotas seguidas, pero que de nuevo deja un mal sabor de boca a raíz de la revisión del VAR, que propició la expulsión de Yanis Rahmani antes del descanso. Fue una decisión que no sólo condicionó el choque, pese a que el cuadro dirigido por Sergio Pellicer no pasara excesivos apuros tras la reanudación, sino que se une a una serie de polémicas decisiones desde la sala donde se vigila el VAR.

De inicio, unos y otros salieron bastante imprecisos, si bien es cierto que los riojanos evidenciaron su falta de ritmo después de una también preocupante racha de malos resultados. Hasta superado el primer cuarto de hora de juego no se estiró con peligro el cuadro malaguista. Fue en una acción aislada en la que Cristian recogió un balón en la frontal para estar a punto de adelantar al cuadro malaguista.

El disparo cruzado del artillero blanquiazul se marchó fuera por poco y suponía el primer remate de peligro en los algo menos de 20 minutos disputados. Además de este ataque, la presión de los locales se incrementó camino de la primera media hora y, tras un saque de esquina, Escassi cabeceó de nuevo a la derecha del arquero Dani Giménez. Era una nueva señal de que el Málaga CF estaba dispuesto a quebrar ese balance de dos jornadas seguidas sin puntuar.

En la siguiente acción volvió a prodigarse por la banda derecha Joaquín Muñoz y su pase al portugués Orlando Sá volvió a inquietar a la ordenada zaga visitante. El esférico terminó cerca de la línea de fondo, aunque sin ángulo para el remate. Las acciones en las cercanías del área riojana se sucedían. La defensa del UD Logroñés empezaba a acusar una y otra ofensiva malaguista y ahí vino, bajo supervisión como en anteriores encuentros, el instante más polémico de todo el encuentro.


Un balón en profundidad en el que Yanis Rahmani pretendía desmarcarse hacia el área fue revisado a instancias del VAR. El atacante  franco-argelino había golpeado con su brazo extendido en el rostro de su defensor, pero en la jugada repetida no se podía apreciar intencionalidad alguna. Sin embargo, el colegiado Moreno Aragón mostró una roja directa que dejó a los costasoleños con diez jugadores y el mínimo de fichas profesionales sobre el césped. El mismo jugador tras el partido en su cuenta oficial de twitter remarcaba la odisea que está pasando el club de Martiricos con el VAR en este inicio de temporada dejando palabras de autoestima para mejorar en su carrera profesional.

Pellicer asumió el riesgo de continuar en lo que quedaba de primer parte, e incluso hasta los minutos finales, sin sustituir a ningún futbolista. Corría como ya ocurriese en otras fases de este tan complejo año, por el límite de fichas al que está sometido el club, el riesgo de quedarse sin futbolistas del primer equipo suficientes como para no perder los tres puntos en los despachos.

Tras la reanudación, el sabor agridulce para los malaguistas fue manifiesto. El UD Logroñés no lograba sacar rédito a su superioridad numérica. Sin la expulsión, todo apuntaba a que el cuadro blanquiazul habría continuado su presión sobre el área visitante. Con uno menos, las fuerzas se equilibraron. Y el duelo entró en una fase, como al principio, en la que las defensas se imponían a los ataques.

Superada la hora de juego, ni uno ni otro entrenador movía el banquillo. El visitante Sergio Rodríguez, no obstante, hizo un doble cambio antes de que Pellicer relevara a Jairo por un muy activo Joaquín. Para este primer cambio malaguista ya el reloj marcaba 83 minutos disputados. Y en el descuento Julio y Mejías entraron, respectivamente, por Ramón y Orlando Sá.

En pleno carrusel de cambios, que no hizo más que dormir el partido y dar por bueno el empate para unos y otros, el VAR tuvo que intervenir de nuevo. Fue tras un cabezazo a las redes malaguistas de Ander Vitoria, que en punta había entrado por Leo Ruiz. La revisión esta vez confirmó la posición en fuera de juego del atacante del equipo riojano. Fue la mejor ocasión de todo el partido, junto a un buen remate al poste de Andy, al filo del descanso.

El Málaga CF cierra el año con un balance más que positivo de puntos, pese a haber encadenado apenas uno de los últimos nueve disputados. Ahora se encuentra con 26 tras 19 jornadas disputadas, gracias a sus siete victorias y este quinto empate liguero. También puede sentirse más que orgulloso después de haber superado una primera ronda copera más de un lustro después. Pero deberá confirmar en los próximos meses su principal objetivo, la permanencia.