No todo son malas noticias en Donostia. En vísperas de Navidad y antes de afrontar un duro derbi vasco el día de fin de año en San Mamés, la Real Sociedad ha hecho oficial la extensión del contrato de Imanol Alguacil y de Roberto Olabe hasta 2023 y 2024, respectivamente. El acuerdo era un secreto a voces y venía labrándose desde hacía semanas, pero ha sido oficializado en un momento sorprendentemente delicado para el equipo, demostrando la confianza del presidente Jokin Aperribay en sus dos máximos responsables deportivos, el entrenador y el director de fútbol.

Todas las partes se han mostrado satisfechas con el acuerdo. El técnico oriotarra agradece la confianza que en él deposita Aperribay y asume la gran responsabilidad que tiene al frente del primer equipo en lo que resta de temporada, con la disputa de la final de Copa ante el Athletic, la eliminatoria de Europa League frente al Manchester United o la siempre atractiva supercopa que disputará el cuadro vasco en apenas 3 semanas. El preparador ha declarado que el equipo tiene por delante un año “ilusionante” y su confianza en que dicha ilusión “pueda ser correspondida en lo deportivo con algún título o haciendo algo grande”. Roberto Olabe ha incidido en este mensaje y ha apelado a la ambición por lograr hitos relevantes con este equipo.

Por su parte, Jokin Aperribay ha justificado su decisión y ha valorado positivamente la marcha del equipo y la labor de los dos hombres renovados. El máximo mandatario realista ha afirmado, en referencia a Imanol, que es consciente de su “capacidad, trayectoria e idea evolutiva y pensamos que es muy importante para el futuro de la Real”. Respecto a Olabe, ha manifestado que posee una “capacidad de trabajo y organizativa y una formación muy grande”. Por último, se ha congratulado por el hecho de poder contar en estos cargos con personas de la casa, insistiendo en la idoneidad de ambos para sus cargos y mostrándose ilusionado con el futuro a corto y medio plazo.

Imanol Alguacil llegó al banquillo del primer equipo en marzo de 2018, tras la destitución de Eusebio Sacristán. Lo hizo de forma interina, y al término de la temporada regresó al Sanse, donde había ejercido como primer entrenador desde 2014. No es ningún secreto que una de las claves del buen hacer de Imanol en el primer equipo es su amplio conocimiento de Zubieta y de los jugadores más jóvenes, a los que siempre da la alternativa sin titubear. Tras la destitución de Asier Garitano en diciembre de 2018, el oriotarra volvió a coger las riendas del primer equipo, esta vez para no soltarlas, y estrenándose con un 0-2 en el Bernabéu. Se da la casualidad de que el próximo jueves, en el derby vasco, Imanol disputará su partido número 100 como entrenador de la Real Sociedad. En los 99 que ha disputado, ha sumado 45 victorias, 26 empates y 28 derrotas, unos números francamente buenos. En este lapso de tiempo, ha logrado convertir a un equipo sin alma y rumbo en finalista de Copa, que ha vuelto y compite bien en Europa y que es un asiduo entre los 6 primeros de Liga.

Parte de la culpa de este éxito es sin duda atribuible a Roberto Olabe. Llegó a Donosti en verano de 2018, en la que era su segunda etapa en la Real. Tras un primer mercado donde logró fichar a Mikel Merino, arrebatándoselo al Athletic, cosechó sus mayores éxitos en verano de 2019, con las adquisiciones de Monreal, Portu, Remiro, Isak y la cesión de Odegaard. Finalmente, en este mercado tan marcado por la Covid, logró recaudar una cuantiosa suma de dinero con las ventas de Rulli y Llorente y trajo a Donosti a David Silva como agente libre, apenas una semana después de la pérdida de Martin Odegaard tras haber anunciado el Real Madrid, faltando a su palabra, que le quería de vuelta en Valdebebas.

Así pues, la Real pone una piedra más en su construcción de un equipo de futuro, en busca de un crecimiento sostenido y sostenible, que dote al club de salud deportiva, económica e institucional en el medio plazo. Solo el tiempo dirá si la decisión de Aperribay es acertada.