25 puntos de 45 posibles. El empate ante el SD Eibar de Jose Luis Mendilibar en el Camp Nou (1-1) estanca al Barça en la sexta plaza de la clasificación a siete puntos (momentáneos) del líder, y con una sensación de inestabilidad constante en los aledaños de ‘Can Barça’. Inseguro de sí mismo y sin su máxima estrella sobre el tapiz, el cuadro azulgrana volvía a trastabillarse en una mezcla constante de errores individuales y una falta de efectividad más que preocupante. Capaz de lo mejor y lo peor durante el transcurso de la temporada, el Barça de Ronald  Koeman besaba de nuevo frente al equipo armero la cara más amarga de la moneda.

Si bien la novedosa revolución en la pizarra ante el Real Valladolid saldaba con éxito la papeleta en el José Zorrilla, frente al SD Eibar la realidad del icónico 3-5-2 sobre el encerado se topaba de bruces y sin frenos en el Camp Nou (1-1). Con Leo Messi vislumbrando el encuentro desde la grada, los azulgranas chocaban con el mismo sino que les lleva persiguiendo durante toda la temporada. Los descuidos individuales y un vendaval de ocasiones envueltas con aires de desventura castigaban a un equipo apático y abandonado a su suerte. 

Tal y como ocurriera frente al Atlético de Madrid, Alavés, Cádiz o Valencia, el conjunto catalán concebía un nuevo gol en contra fruto de un error individual. El desacierto de Ronald Araujo ante la presión de Kike García permitía a los vascos adelantarse en el electrónico y silenciar el ideario de un equipo extraviado en las sombras de lo que un día fue.

La valentía de Dembélé

Pese a reestructurar el escuadrón al descanso y recomponer las piezas a su hábitat natural con el 4-2-3-1 y la entrada de Ousmane Dembélé, los azulgranas no lograron exprimir la superioridad mostrada y refrendar con acierto una ráfaga incansable de oportunidades sobre la meta de Marko Dmitrovic. El extremo francés, que reaparecía sobre los terrenos de juego tras cinco partidos ausente, ‘picaba’ en territorio enemigo para igualar el duelo en el Camp Nou. Valiente, osado y cargando todo la responsabilidad a sus espaldas, la vuelta del 'mosquito' galo suponía la única nota positiva en un duelo cargando de sucesos discordantes.

Ousmane esta pretemporada frente al Girona. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

El Barça, que debería convertir el feudo catalán en un terreno alejado de conquistas foráneas, ha dejado escapar un total de nueve puntos en el Camp Nou, apartando así la marca de una fortaleza histórica urdida sobre los cimientos de su estadio.

Lejos de explicaciones banales, la improvisación tejida en los planteamientos de Ronald Koeman agita el ánimo de una hinchada cada vez más cansada de esperar un canje que no llega. Ante el SD Eibar la creencia de un estilo propio volvía a desvanecerse sobre la bóveda celeste de la Ciudad Condal. Sin noticias de Coutinho y Griezmann, dos de los fichajes más caros en la historia del buque 'culé', el porvenir del Barça sigue ligado a la magia de un Leo Messi erguido como el único astro capaz de dibujar tintes de esperanza en la parroquia azulgrana.