El Atlético de Madrid se enfrenta al Athletic de Bilbao este sábado a las 16:15h en la capital española. Después de caer derrotado en Copa del Rey, el conjunto rojiblanco debe rehacerse del batacazo y centrarse en ‘su competición’. Para ello, la borrasca Filomena debe permitirlo.

Madrid ha despertado este viernes 8 de enero helada. La capa de nieve y hielo ha sido postal en muchos campos de la capital; uno de ellos el de la Ciudad Deportiva de Majadahonda. Debido a ello, esta mañana el Atleti se ha visto obligado a entrenar en el gimnasio, sin poder pisar el césped a tan solo 24 horas para el encuentro frente a los leones.

A la hora del partido se espera una sensación térmica de -3ºC

El club colchonero deberá ingeniárselas para poder disputar el partido, porque por lo que parece, la borrasca Filomena se espera intensa en Madrid desde este viernes hasta el domingo. El meteorólogo Jordi Carbó ha declarado en ‘El Larguero’ de la Cadena SER que “se va a acumular en algunos barrios cerca de 50 centímetros de nieve", la cual cosa dificulta aún más los preparativos.

La otra cara de la moneda

Aunque en Madrid las sensaciones no parecen las más idóneas, en Bilbao están completamente seguros de que se va a disputar el encuentro. El nuevo técnico del conjunto vasco, Marcelino García Toral, aseguraba en rueda de prensa que “el partido ante el Atlético no corre peligro porque tienen calefacción en el césped”. 

El Athletic de Bilbao vuela destino a Barajas mentalizado de la importancia del encuentro. La racha de partidos fundamentales con los que se encontrará en las siguientes citas pide a gritos empezar a puntuar lo antes posible. Con Marcelino en el banquillo ya se pudieron ver ciertos retoques frente al FC Barcelona: el 1-4-4-2, la disposición ofensiva en contragolpe…, y unas sensaciones que mejoraban en muchos minutos del juego.

Para iniciar la senda del triunfo, el Athletic deberá mejorar sus últimos registros fuera de casa: no consiguen los tres puntos desde el 27 de septiembre frente al Eibar (jornada 3). Los leones quieren, y deben, volver a rugir lejos de San Mamés.