No fueron suficientes las intensas nevadas caídas sobre El Alcoraz este fin de semana para impedir que el Real Betis conquistase el feudo del farolillo rojo, en el partido con el que cerraba la 18ª jornada de LaLiga. Ni la densa niebla que amenazaba la disputa del encuentro impidió que Fekir y Emerson se encontrasen en la banda izquierda mareando el esférico, ni al brasileño reconocer en el primer palo a un asiduo, Aissa Mandi, para enviarle un centro medido que acabó con gol bético y el argelino situándose como máximo artillero de su equipo.

Los verdiblancos, conocedores de que a la heroica sabe mucho mejor, tiraron de épica para contener el chaparrón oscense que marcó los últimos minutos del encuentro, cuando, con un combatiente menos tras la expulsión de Paul, lograron desactivar cada intentona del rival. Después de la tormenta llegó la calma, calma con acento francés, que permitió a Fekir parar el esférico y enviar un nuevo centro al área que culminó con el gol de la sentencia y el tercero de Sanabria esta temporada. Pellegrini firmó los tres primeros puntos del año que señalan ya el camino a Europa de los suyos, y heló el futuro de Michel en el Huesca, a quien el temporal se ha llevado también por delante.

El partido tuvo de todo. Y ese todo se llamó, en la primera parte, Canales. Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron lo que el cántabro quiso. La bruma que amenazaba con desdibujar las líneas de pase y opacar la fluidez verdiblanca no pareció inquietar al '10' bético, que sacó escuadra y cartabón para filtrar pases a sus compañeros una y otra vez durante el partido. Se le helaron las pestañas pero no las ideas a un futbolista que lo mismo te cose un huevo que te fríe un alfiler. Estuvo en el doble pivote junto a Paul, en la media punta con Fekir, tirado a banda junto a Emerson, sacando los balones parados y rematando en la frontal. El cántabro era el dueño y señor del ataque bético y las combinaciones de su equipo siempre pasaban por sus botas. El Huesca, por su parte, se mantuvo con las líneas bien juntas y atento a las ayudas defensivas. A la contra, Sandro esperaba recibir para poder en carrera encarar a Claudio Bravo. Sin embargo, los centrales béticos y el canterano Paul, que dejó buenas sensaciones en su primera titularidad, le negaron una y otra vez esa opción. El balón no circulaba con fluidez y el juego de los visitantes lo notaba. Los béticos se fueron de vacío al descanso.

A la segunda mitad le faltó la sangre caliente sureña que imprimió ritmo a la primera parte y que había permitido el dominio verdiblanco. El Huesca reconoció esa pequeña tregua que se dieron los visitantes y se lanzó al ataque en busca de su tanto. Tuvieron opciones los de Michel, pero no acierto. Y acabaron pagándolo. Un gol (otro) de Mandi de cabeza, una clamorosa ocasión desperdiciada por Juanmi, en boca de gol, mano a mano ante el portero, y la inexperiencia de Paul hicieron acto de presencia en apenas dos minutos, y el partido cambió de forma radical. A poco más de diez minutos para los noventa al Betis le tocó aguantar con diez las arremetidas del Huesca. Estuvieron providenciales los centrales desarticulando a los atacantes rivales, y fundamental en la lectura del juego Nabil Fekir, que aportó al equipo lo que necesitaba en ese momento: pausa, pases medidos, conducciones seguras e, incluso, consiguió rascarle algunos segundos al reloj provocando las faltas de los rivales. Fruto de su veteranía llegó el gol de la sentencia. El francés aguantaba el balón en la banda cuando vio a Sanabria en el punto de penalti. Le imprimió una curva perfecta al esférico que pareció salir teledirigido hacia la testa del paraguayo, y este logró materializar la acción. Respiraron los béticos aliviados y exhaló su último aliento como entrenador del Huesca Michel. 

Los de Pellegrini volverán a saltar al verde el próximo fin de semana para disputar los 1/16 de final de la Copa, ante el Sporting. El frío volverá a hacer acto de presencia, y volverán los verdiblancos a buscar entrar en calor bailando al ritmo de Canales y Fekir o recorriendo las bandas como Emerson y Lainez. Quizá Filomena no le ha venido tan mal al Real Betis.