La presente temporada se antojaba ilusionante para Odegaard y Valverde, uno por ser el único fichaje de la plantilla y otro por ser uno de los jugadores predilectos de la afición y futuro sucesor de Luka Modric. Pero la realidad de hoy en día para los dos jóvenes jugadores no es otra que la de estar relegados al banquillo. Esa ilusión exacerbada que acontecía las primeras semanas de competición se ha visto truncada por el gran estado de forma del tridente que tantas alegrías ha dado al madridismo: Kroos, Modric y Casemiro.

Bien es cierto, que tanto Federico como Martin no han tenido toda la suerte consigo en cuanto a lesiones se refiere. Por su parte, el jugador uruguayo sufrió una lesión en la tibia durante el mes de diciembre que le alejó de los terrenos de juego durante 6 partidos. Desde su regreso, se han disputado un total de siete encuentros ligueros donde Valverde solo ha podido disfrutar de la titularidad en dos de ellos. A pesar de la escasez de oportunidades, siempre se le ha catalogado como el cuarto centrocampista y el jugador que suple la baja de alguno de los tres intocables.

En el caso de uno de los jugadores revelación de la pasada campaña como lo es Martin Odegaard, la situación es similar. Ha ido frecuentando la enfermería blanca con pequeñas lesiones de escasa importancia pero que le han ido lastrando su continuidad. El jugador noruego fue uno de los grandes artífices en la transcendental victoria de San Siro frente al Inter allá por el mes de noviembre, pero uno de los grandes señalados en la derrota, una semana más tarde, frente al Shakhtar. Desde aquel partido, Martin Odegaard solo ha disputado 6 minutos frente al Celta.

Dos situaciones muy similares a la vez que preocupantes para dos jugadores que desearían verse en el once con mayor frecuencia. Aunque desde el club manifiestan su máxima confianza, Zidane no la está mostrando a base de oportunidades. Dos jugadores jóvenes que ansían un hueco en el once, pero no va a ser fácil. La vieja guardia resiste y los jóvenes esperan impacientes.