El Reale Arena era el escenario de un atractivo duelo entre Real Sociedad y Real Betis, dos equipos con buen gusto y calidad técnica, que se jugaban tres juegos fundamentales en la pugna que ambos mantienen, junto a un nutrido grupo de equipos, por entrar en Europa la temporada que viene. La Real Sociedad llegaba inmersa en una mala racha, mientras que el Betis acumulaba tres partidos sin perder en Liga, con dos victorias consecutivas.

  • Primera parte igualada y con ritmo

El partido arrancó con una Real dominadora y ofensiva. Merino y Guridi dominaban el centro del campo con sensatez y precisión, mientras que el Betis se aferraba a las contras de la mano de Canales y Fekir, a la vez que mantenía el cerrojo sobre su área merced a una gran concentración y solidez defensiva, personalizadas en un Mandi que lo cortó absolutamente todo. 

No fue hasta el minuto 19, cuando un inofensivo chute de Merino fue blocado por Joel, cuando se vio actuar a alguno de los dos guardametas. Fekir contestó con un disparo seco y duro desde la frontal que blocó Remiro. Fue en estos compases centrales cuando el Real Betis mostró su mejor versión en el primer acto. No obstante, la gran ocasión de la primera mitad estuvo en las botas de Jon Guridi. El azpeitiarra remató desde el punto de penalti un pase de la muerte de Mikel Merino y Joel Robles, con una parada de intuición y reflejos felinos, salvó los muebles para su equipo. Tuvo también la suya el Betis, en un nuevo disparo de Fekir desde la media distancia que golpeó en un defensor donostiarra, despistando a Remiro, y que salió cerca del poste del cancerbero navarro. 

  • Arranque demoledor de la Real

Tras el paso por vestuarios, la Real se hizo con el control del juego y el Betis sufrió un atropello durante los primeros 20 minutos, que se materializó con 2 goles que pudieron haber sido varios más. Nada más arrancar fue Isak el que, en una segunda jugada, tras una primera acción en la que el propio delantero sueco pudo marcar pero Víctor Ruiz salvó bajo palos, encontró el camino del gol con la colaboración de Joel Robles. Diez minutos después, una contra magníficamente llevada supuso el 2-0 de Mikel Oyarzabal. El eibartarra recibió un bonito pase filtrado de Isak y definió picando el balón ante Joel con mucho temple. 

Pudo anotar el tercero la escuadra txuriurdin en varias ocasiones. Gorosabel gozó de una doble oportunidad pero Joel, en primera instancia, y su falta de acierto mandando a las nubes un disparo sin portero lo impidieron. Pocos minutos después, Portu no logró dirigir entre los 3 palos un cabezazo dentro del área pequeña tras un sublime centro de Guridi, el mejor del partido junto a Merino. Acto seguido, Oyarzabal enchufó un remate con la puntera que salió rozando el poste de Joel. La Real parecía encaminada a romper su mala racha de resultados en Anoeta y la emoción del partido parecía radicar en cuántos goles más iba a lograr el conjunto vasco.

  • Carrusel de cambios y resurgimiento del Betis

Muy clara debió ver la victoria Imanol Alguacil. Tanto que en apenas 15 minutos retiró del terreno de juego a Oyarzabal, Merino, Gorosabel, Isak y Portu. Arriesgada apuesta. Y es que en esta Liga, pecar de confianza es uno de los pecados capitales. En el otro banquillo, Manuel Pellegrini demostró que aún veía posibilidades en el partido e introdujo a muchos teóricos titulares como Willian Carvalho, Cristian Tello, Joaquín Sánchez o Tony Sanabria. Nunca dejó de creer en sus posibilidades. El primer efecto logrado por el técnico chileno fue neutralizar la avalancha de juego y ocasiones de la Real.

No obstante, el cuadro bético era incapaz de generar peligro real y su dominio de la posesión no se traducía en ocasiones claras. Tuvo que ser, como tantas veces a lo largo de ya muchos años, un tal Joaquín Sánchez quien desnivelara la balanza y pusiera el partido patas arriba. En el minuto 85, un gran centro suyo desde la banda fue rematado de cabeza por Sergio Canales, que sumaba así su sexto gol en cinco partidos (y que volvía a marcar ante su ex-equipo, cosa que logra cada año). Y ya dentro del tiempo de descuento, el del Puerto de Santa María cazó un balón en el punto de penalti tras un envío raso de Tello y batió a Remiro, con la mala fortuna para el guardameta de que el disparo tocó de manera fatídica en Monreal, estableciendo el 2-2 definitivo en el marcador. Una jugada, todo sea dicho, defendida de manera horrorosa por la zaga donostiarra. Éxtasis en el banquillo verdiblanco y caras de incredulidad y desesperación entre las filas de Imanol. 

Puede dar gracias la Real a que el partido acabara en el 95 y no más allá, porque la inercia era demoledora y el Betis incluso terminó el choque colgando algún que otro balón en busca del 2-3. Todo un ejercicio de fe por parte de los verdiblancos. En clave realista, hay que insistir en que un equipo en una mala dinámica de resultados no puede dar por ganado ningún partido, y menos ante un rival de la entidad del Betis. Toca reflexión en el vestuario txuriurdin. El destino ha querido que puedan desquitarse de este palo en apenas 3 días, en la eliminatoria copera que enfrentará a los dos equipos en el Villamarín. El Betis, por su parte, debe analizar su mala primera mitad de segunda parte pero llegará a dicho choque con la moral por las nubes tras esta increíble remontada.