Con la ilusión de poder hacer algo grande en Copa del Rey. Así, afrontaban ambos equipos los octavos antes del encuentro. Cuando saltaron al campo los pucelanos demostraron esa ilusión, pero duró pocos minutos al inicio y a mitad del partido. En cambio, el Levante mostró esa actitud durante toda la eliminatoria. Y eso surgió efecto. Se adelantó el Valladolid con un gol de Toni Villa. Sin embargo, la concentración pucelana saltó por los aires, y Bardhi y Malsa lo aprovecharon antes del descanso. Coke puso el 1-3, Weissman mantuvo la esperanza pucelana y Morales, de penalti puso el 2-4 definitivo. El Pucela no ha estado a la altura de unos octavos de Copa y lo ha pagado muy caro. 

Los primeros minutos fueron de tanteo, sin ocasiones y con poco fútbol. Sin embargo, el Valladolid aprovechó muy bien la primera que tuvo. En el minuto 13 apareció Kike Pérez con la varita para dibujar un pase filtrado que dejaba solo a Toni Villa. El "19" metió la puntera para batir a Cárdenas y adelantar a los suyos. 

Con el 1-0 el Levante respondió rápido y bien. Malsa estrelló un balón contra la madera y Son obligó a Roberto a emplearse a fondo. Minutos después llegó el empate. De la forma más absurda. Un Waldo acelerado hizo una falta totalmente innecesaria en la frontal. Una falta para Enis Bardhi en la frontal es como una avalancha cuando esquías, muy peligrosa. Y así lo fue. El macedonio hizo la de Ronaldinho, por debajo de la barrera. Una inocente barrera saltó y Roberto hizo la estatua. 1-1.  

Rochina lo volvió a intentar al filo del descanso, pero Roberto reaccionó muy bien al potente disparo.  Ahí empezó la mala tarde de Vilarrasa.  El canterano dio un mal pase, blando, hacia su portero y Malsa lo aprovechó para regatear al meta y poner el 1-2 en el marcador. Duro mazazo para el Valladolid que lo había intentado sin peligro ni éxito. De nuevo, el día de la marmota con los regalos defensivos del Pucela. 

En la segunda parte, Roberto volvió a salvar a su equipo, aunque pudo hacer más en el segundo gol. Esto solo eran avisos de lo que venía. Los problemas crecían para el Valladolid, y lo hacían como de costumbre, a balón parado.  El cancerbero blanquivioleta tras repeler un cabezazo de Postigo, no pudo con el remate de Coke, quien cazó el rechace y marcó un 1-3, que aunque pudiera parecerlo no era la sentencia.

Todavía quedaba media hora y Sergio quemó todas las naves. Orellana, Guardiola y Weissman al campo para intentar la épica. El chileno puso el centro y el israelí cabeceó a la red. 2-3. Había partido y tiempo por delante.  

Buscó el empate el Real Valladolid, pero no consiguió encontrar los huecos necesarios para ello. Cuando mejor estaban los pucelanos llegó el mazazo definitivo. El tiempo corrió y el camino acabó de torcerse en la recta final, con un penalti a favor del Levante que se encargó de transformar Morales (2-4). Un golpe que resultó definitivo para quitar el sueño copero al conjunto blanquivioleta, que este mismo viernes (21.00 horas), recibirá a la SD Huesca, en el partido correspondiente a la jornada 21 de LaLiga Santander.