La máxima competición continental está a la vuelta de la esquina. Regresará con un duelo de alto voltaje. El próximo miércoles, 23 de febrero, el Atlético de Madrid y el Chelsea se verán las caras en territorio europeo para luchar por un billete para acceder a los cuartos de final, pero lo harán en una sede totalmente distinta a la esperada, tal y como lo ha anunciado el conjunto colchonero a través de un comunicado emitido por su página web y por sus redes sociales.

La UEFA ha confirmado que el Nacional Arena de la capital de Rumanía acogerá el partido que debería jugarse en el Wanda Metropolitano con motivo de las restricciones de entrada a España dictadas por el Gobierno que no permiten la entrada de vuelos que proceden del Reino Unido con pasajeros no residentes y tampoco nacionales. Ante la imposibilidad de que el equipo inglés viaje a Madrid después de que esas medidas se hayan prorrogado hasta más allá de la fecha del partido, el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone ha empezado a buscar alternativas durante los últimos días en diferentes países por las restricciones que afectan a varios territorios y, finalmente, teniendo en cuenta todos los condicionantes de acceso al país, la disponibilidad de las instalaciones, la preparación de los estadios y la situación de la pandemia, pondrá rumbo a Bucarest para asumir la condición de local en un duelo en el que están fijadas unas expectativas bastante altas por la primera edición de la competición europea que disputará Luis Suárez con la elástica rojiblanca y por la que será la primera también para Thomas Tuchel, recién llegado al banquillo de Stamford Bridge.

Como aspecto a destacar, cabe mencionar que el Nacional Arena, inaugurado en 2011, es el campo donde disputan sus partidos como locales el Steaua (FCSB), el Dinamo de Bucarest y la selección nacional de Rumanía. De este escenario, los rojiblancos guardan un buen recuerdo, ya que allí fue donde alzaron su segunda UEFA Europa League en el año 2012, tras derrotar por 3-0 al Athletic Club de Bilbao.