La semana pasada hablábamos que el Dépor tiene marcado un objetivo claro si quiere meterse entre los tres primeros para, al menos, amarrar la Primera RFEF, categoría que en esta situación supone una tabla de salvación más que un éxito, ya que el éxito es ascender y, a pesar de la victoria de ayer, me cuesta creer en esa posibilidad como factible, dicho objetivo es el hacer 5/5 victorias, 15/15 puntos, como lo quiera llamar cada uno, con eso la Primera RFEF está atadísima.

Y es que la victoria de ayer supuso un alivio, fue quitarse ese peso de no haber marcado ni un solo gol en lo que llevamos de 2021 y poder llevarte una victoria que nos viene como el comer para mirar un poquito más lejos esos puestos de descenso conformados en esta diabólica y rocambolesca última temporada de Segunda B. Tras la tormenta de Coruxo, llegó la calma a Riazor y, esa calma hay que mantenerla para tener los pies en el suelo y no dejarnos llevar por ningún tipo de euforia más allá de la alegría que uno siente por ganar.

El Deportivo de la Coruña jugaba contra el CD Guijuelo, equipo colista del sub-grupo, pero engañoso, ya que saltó a la cancha herculina con 2 partidos menos y tiene a tiro a Salamanca y Coruxo, respectivamente. Rubén de la Barrera salió con un 11 diferente a lo que vimos en O Vao, la novedad principal fue la presencia de Lucho entre los titulares, el portero “suplente” desplazó a un cuestionado Carlos Abad y no desaprovechó la oportunidad, sus intervenciones durante el partido fueron acertadas y seguras, el chaval se ha reivindicado y está llamando a porrazos la puerta del técnico coruñés, hay que darle minutos porque se los está ganando.

Acompañaron las novedades en el 11 con Villares o Rayco, que, junto con Raí, comandaron el juego ofensivo deportivista y se les vio muy participativos en una primera mitad que me recordó a los mejores momentos de la segunda parte de Coruxo, solo que, en esta ocasión a nadie le temblaron las piernas y llegó el primer gol del partido (Y del año) en una jugada combinativa de las que hacía meses que no se veían en Riazor, jugada de escuadra con un pase filtrado que se abre al lateral izquierdo, esto mete a todo el Guijuelo en el área defendiendo el posible centro y dejó a un Lara que volvía a marcar dos meses después un gol que, a la postre resultaría definitivo. La primera mitad el Dépor tuvo ocasiones para ampliar y en la segunda tocó defender, quizá el querer ser conservador y asegurar puntos pudo con la ambición que se mostró en la primera mitad, tenemos equipo para hacer algo más que cubrirnos de las acometidas chacineras sucedidas en el segundo tiempo, pero, igualmente, estos tres puntos son un primer paso para recuperar la moral del equipo y afrontar los difíciles compromisos restantes con mejores caras.

Del partido, precisamente, me quedo con que este equipo volvió a sonreír y volvió a sentirse capaz de pelear por el objetivo al cual la temporada los ha llevado, es fundamental que los jugadores salgan con moral, porque con moral se puede imprimir carácter, ya que un equipo sin moral es un equipo abocado a caer.

Por otro lado, me quedo también con que Rubén de la Barrera parece haber dado con la tecla de cuáles son los jugadores clave para empezar a cimentar un equipo ganador; Lucho jugó bien y habrá que ver si contra el Racing de Ferrol mantiene ese nivel, Rayco y Raí me parecen claves para que el ataque del Dépor al menos deje de estar “apagado o fuera de cobertura”, Villares me gustó, bastante, pero no me decido con él, minutos debe de tener, eso seguro; pero sin lugar a dudas el gerifalte de la defensa ha de ser Héctor Hernández, me gustó en Coruxo y ayer estuvo soberbio, defiende bien y puede generar peligro, lleva un tiempo en plenitud y hay que aprovecharlo.

El sábado que viene tenemos otra cita espinosa, jugar contra el Racing de Ferrol en A Malata es un tema espinoso, sobre todo porque es uno de los equipos que está en liza en la cuestión de la permanencia y ha demostrado ser equipo duro ante rivales de la talla del Zamora o Unionistas, viene de empatar ante el Compostela fuera de casa y resulta la mejor prueba posible para este Dépor en reconstrucción, ganar en A Malata es confirmar que se ha dado con la tecla de este equipo y, además, suena bien, suena a poder respirar un poco más, a esa calma que gusta un poquito más y que nos hace ser prudentes ante lo que se viene, calma, deportivistas, que queda poco, pero todo es posible.

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