La Real Sociedad ganó en el Coliseum y se postula como firme candidato para volver a conseguir una plaza europea. Los txuriurdin vencieron al Getafe por la mínima gracias a un solitario gol de Isak, y demostraron que además de jugar un fútbol vistoso también saben afrontar partidos de exigencia física.

Imanol no se guardó nada en el tintero y alineó prácticamente a su once de gala, incluidos Oyarzabal y Silva, que por su salida de lesión se preveía que empezarían el partido desde el banquillo. Bordalás por su parte repitió la formación que le había llevado al éxito los últimos años. Alineó su clásico 4-4-2 con doble lateral, Nyom protegía a Damián por banda derecha y Cucurella hacía lo propio por la izquierda con Olivera.

El encuentro comenzó con el saque de centro de Jaime Mata. Nada más empezar el partido ya se vislumbraba lo que iba a ser la tónica general del partido. La Real intentaba llevar la iniciativa construyendo desde atrás, y el Getafe por su parte mantenía un bloque defensivo medio-bajo con las líneas muy juntas, para así evitar que los de Imanol fuesen peligrosos por el centro.

El conde tomó la batuta

El partido estaba teniendo una intensidad altísima, ambos equipos disputaban al máximo todos los balones divididos, iban con todo al choque y presionaban rápidamente tras pérdida. En ese contexto plagado de fútbol rudo y directo, apareció Mikel Merino para dar clarividencia a los ataques realistas. El navarro hacía de todo y todo lo hacía bien; disputaba los duelos aéreos, recuperaba balones, regateaba y distribuía el juego. El conde tomó la batuta y se puso a comandar el juego de su equipo.

Intratable Isak

Ninguno de los dos conjuntos conseguía acercarse al área rival, Remiro y Soria estaban siendo espectadores de lujo en un partido desértico en cuanto a ocasiones se refiere. Fue entonces cuando Zaldua puso un centro teledirigido desde el flanco derecho, Oyarzabal remató directamente al larguero y en el lugar oportuno en el momento adecuado apareció Isak para empujar la pelota y marcar el tanto que acabaría decantando el partido.

El sueco hizo un partido espectacular, luchó todos y cada uno de los balones aéreos, volvió loca a la defensa rival con regates y conducciones veloces y fue decisivo en los metros finales cuando le tocó hacerlo. Lo de Isak los últimos partidos está siendo de escándalo, y con este tanto ya encadena cinco partidos seguidos marcando gol.

A la salida de vestuarios los de Imanol se sintieron más cómodos con el balón. El único recurso del Getafe estaba siendo el pelotazo arriba, y los txuriurdin supieron aprovecharlo para imponerse en el partido. Silva y Januzaj empezaron a entrar más en contacto con la pelota, la Real estaba asediando a su rival.

Bordalás, viendo que su equipo carecía de argumentos ofensivos, decidió meter a Kubo y Aleñá en el terreno de juego para crear peligro en ataque. El japonés dejó pequeños detalles de su calidad, pero la Real desactivó por completo a los delanteros rivales y el Getafe terminó el partido con cero tiros a puerta.

Bordalás expulsado otra vez

En el tiempo de descuento Bordalás y su segundo entrenador fueron expulsados por encararse con Carlos Fernández, que salió en defensa de Barrenetxea cuando el entrenador del Getafe le estaba increpando verbalmente.

Al final, la Real se llevó tres puntos importantes del Coliseum para encarar con más confianza el encuentro del jueves contra el Manchester United. El Getafe por su parte, no levanta cabeza y se sumerge en una dinámica negativa en la que ha conseguido tan solo un punto de los últimos 15 disputados.