El Barcelona hace lo que parecía imposible, y el Sevilla pierde una eliminatoria cuando lo tenía todo a favor. El buen resultado de la ida a favor de los hispalenses no fue suficiente como para mandar a casa a los culés y poder disputar la final de la Copa del Rey. El Sevilla y el Barcelona se enfrentaban por tercera ocasión en tan solo tres semanas. La acumulación de tantos enfrentamientos contra el mismo equipo, puede ocasionar que uno de los dos aprenda el modelo de juego y la táctica contraria. En esta eliminatoria, se ha podido ver. En el primer partido, los de Lopetegui consiguieron ganar con un resultado bastante cómodo en el Pizjuán. Durante el encuentro de liga, Koeman probó jugar con defensa de tres y carrileros por banda. Viendo que funcionó, el técnico holandés no dudó en repetirlo. 

A pesar de haber visto, como el club catalán fue superior en el anterior partido, Lopetegui quiso repetir la táctica del 4-3-3, pero en esta ocasión hizo cambios que sorprendieron. Aleix Vidal, Acuña, Óliver Torres, En-Nesyri y Suso en lugar de Navas, Escudero, Rakitic, Munir y Papu Gómez, además, de la titularidad de Vaclik por la lesión de Bounou en la mano. 

El Barcelona salió cómodo, repitiendo el mismo once. Desde el principio buscando atacar los espacios, con los dos carrileros buscando el apoyo ofensivo. Durante el primer tiempo, el Barça tuvo una gran incidencia por la banda derecha con Sergiño Dest atacando la banda de Acuña. A pesar de que el argentino venía de una lesión, supo aguantar y ganarle el duelo al estadounidense. 

La intención de Lopetegui era mantener una presión alta, intentar robar la pelota y hacer un gol tempranero para partir con ventaja. Sin embargo, el gol temprano llegó del otro lado. Al ver que no podían entrar con comodidad, Ousmane Dembélé probó un disparo desde fuera del área el cual puso por delante al equipo local. 

Con el gol en contra, el Sevilla intentó comenzar a buscar pases en profundidad que le dieran un gol para evitar la prórroga y hacer que el Barça tuviera que marcar cuatro goles. Óscar Mingueza realizó una gran labor defensiva para evitar los intentos hispalenses por buscar los pases al espacio.

Cambios tácticos en el segundo tiempo

Con un Barça muy volcado arriba y viendo la poca capacidad que tenía el Sevilla para salir con el balón y poder anotar un tanto, Lopetegui decidió quitar a un delantero, Luuk de Jong, y meter a Rakitic. Durante unos minutos el Sevilla jugaba con un 4-2-3-1, con el croata intentando enganchar a los de arriba, pero finalmente acabó sacando a Ocampos y volver al clásico 4-3-3. 

Por parte de Koeman, cambió también el dibujo que pasó del 3-1-4-2 al 4-3-3 con la salida de Griezmann, mientras que Dembélé caía a banda, para hacer daño a Rekik en velocidad. Así pudo caer el segundo del Barça, el ex del Borussia con un cambio de velocidad se marchaba de Rekik y centraba a la llegada desde atrás de Jordi Alba, quien estampó la pelota en el larguero. 

Las pocas ocasiones que tuvieron los hispalenses fueron a la contra, así es como los de Lopetegui pudieron matar la eliminatoria en el 73’. Con un Barça completamente arriba, una contra dejaría a los de Koeman con prácticamente dos defensores. En uno de estos contraataques, Ocampos cayó en el área al chocarse con Mingueza. El propio argentino lanzó el penalti. Un lanzamiento raso y fuerte pegado al palo, un disparo que cuesta detener a los porteros, pero aún así el alemán lo hizo. 

El Barça arriba, el Sevilla encerrado, desperdiciando las ocasiones, y además, cometiendo errores a la hora de defender (Fernando realizando una falta que le supone la segunda amarilla o Diego Carlos regalando un balón a Griezmann a la hora de despejar). Lo que parecía que no iba a suceder, ocurrió. Los culés empataron en la última jugada de partido. 

Duro mazazo para el Sevilla: un penalti fallado, un jugador menos y un error que supuso el gol en el último suspiro. Muchas cosas que bajaron la moral y permitieron al Barça estar más cómodo. El tercer gol del local estaba al caer, y sucedió a los pocos minutos de comenzar la prórroga. 

El resto de minutos era un ida y vuelta, pero con pocas ocasiones. Mucho recorrido para llegar al área y no tener tantas fuerzas como para finalizar. El Barça dio la cara cuando más lo necesitaba. En el partido de ida, el Sevilla fue superior y los azulgranas se marcharon con una dura derrota, pero en la vuelta han conseguido anteponerse al resultado bastante negativo. Mientras tanto, uno de los mejores Sevilla de la historia, con números increíbles, sufre la mala pasada de la acumulación de partidos contra el mismo rival, quien encontró los puntos débiles de los hispalenses. 

 

Estadísticas del partido / Fuente: App FotMob
Estadísticas del partido / Fuente: App FotMob

 

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