El Real Betis llegaba con ganas de olvidarse de la derrota por la mínima en el derbi y de volver a sumar una victoria frente al conjunto granota. Los béticos no querían perder ni un segundo más pensando en la dura derrota frente al Sevilla y sabían que el partido ante el Levante era vital para no caer en un bucle negativo de cara al último tramo de temporada. En cambio el Levante llegaba con la moral por las nubes al vencer al Valencia en el derbi valenciano. Un equipo que se ha repuesto de su eliminación copera en una temporada en la que claramente su rendimiento está lleno de menos a más. El equipo de Paco López visitaba el Benito Villamarín con ganas de finiquitar la permanencia y por qué no, soñar con Europa. 

Pellegrini apostó por su ya habitual 4-2-3-1 con Guido y Guardado en el doble pivote como ya es costumbre con Pellegrini, Álex Moreno en el lateral zurdo y la sorpresa la ponía el mexicano Diego Laínez que volvía al once tras su lesión. Parece que el puesto de 9 tiene nombre y es para el panda. Bajo palos volvió tras dos meses Claudio Bravo sentando a un Joel que venía subiendo su nivel. Por lo demás, los mismos del derbi en busca de la victoria ante los granotas. Los de Paco López salieron con el equipo de gala salvo Malsa que dejaba su puesto en la sala de máquinas a Vukcevic. Con un De Frutos en un estado de forma pletórico y con el pistolero de Torrent que este año está en estado de gracia buscaba asaltar el Benito Villamarín.

El Levante arrancó el partido con ganas de guerra. La presión adelantada de los de Paco López era una declaración de intenciones. El flaco izquierdo de la zaga bética sufría y Víctor Ruiz regaló una pelota a De Frutos que a punto estuvo de convertir, de no ser por una intervención milagrosa de Guido. El Betis sufría en la salida de balón y el Levante presionaba cada inicio de jugada de los de Pellegrini. Un inicio con un bloque muy alto del Levante que quería los tres puntos.

El partido a veces se rompía y la verticalidad se abría paso para disfrute del espectador neutral. Dos equipos muy ofensivos que siempre tienen la portería entre ceja y ceja. El espectáculo estaba servido y ambos equipos no dudaban en buscarle las cosquillas a su rival. El Levante con ataques muy verticales y el Betis con ataques más posicionales. Cada uno con sus armas, pero con una cosa en común: el planteamiento ofensivo no se negocia. Tampoco hubo ocasiones claras, pero se vislumbraba un partido con muchas transiciones y un ritmo alto sin un protagonista claro.

El Betis le dio al Levante a probar de su propia medicina. Adelantó las líneas y comenzó a presionar la salida de balón groguet. Consiguió su propósito y ahogó al Levante en su área. El error levantinista llegó y emergió la figura de Aitor Fernández que le sacó un balón con el pie a Fekir tras una gran jugada deshaciéndose de Miramón por parte del francés. El Betis seguía llegando. Los laterales béticos comenzaron a dejarse ver en el ataque y el Betis se lanzaba a por él 1-0. Llegó el descanso y el Betis daba sensación de haberle cogido la temperatura al partido.

La segunda parte fue la antítesis de la primera. El partido perdió ritmo y apenas hubo ocasiones claras. Morales probó a Bravo y Canales buscó el 1-0 con un disparo que se marchó ligeramente desviado. El Levante comenzaba a asentarse con el balón, pero sin generar peligro. Apenas inquietó al meta chileno que tuvo una noche medianamente tranquila. A Pellegrini no le gustó ese dominio levantinista y empezó a mover el banquillo. Dio entrada a William Carvalho y a Juanmi y a los pocos minutos Fekir se sacó de la chistera una jugada maradoniana y puso el 1-0 batiendo a Aitor Fernández. Un gol dedicado a Tello y su familia. Al Levante le sentó como un jarro de agua fría y empezó a resquebrajarse. El Betis con el 1-0 no cejó en su empeño y buscó el segundo gol, el de la sentencia que llegaría de las botas de Juanmi que aprovechó la pasividad defensiva del Levante en un córner para poner tierra de por medio con el 2-0 y encarrilar el partido.

El partido llegó a su fin. No sufrió en exceso el Betis que fue a por el partido en todo momento. Tres puntos vitales tras la derrota en el derbi que dejan al equipo en la pomada por competiciones europeas.