El canterano aprovecha sus oportunidades a base de grandes actuaciones, mientras Sergio Álvarez y Rubén Blanco, continúan con sus respectivos procesos de recuperación.

·Inicios con dudas:

A nadie se le escapa que para que Iván Villar esté siendo el portero titular de los vigueses en las últimas jornadas, haya tenido que ocurrir, además por segunda vez, una carambola casi que inimaginable, ya que la realidad es que, el de Aldán, partía como tercer portero al inicio de la pasada temporada.

Si bien es cierto que el gallego ya había debutado en LaLiga en la temporada 16/17, de la mano de Eduardo Berizzo, apenas contó para los siguientes técnicos. Es más, llegó a probar suerte en otro club, marchándose cedido al Levante UD, donde ni siquiera llegaría debutar.

· De la nada al todo:

En la recta final de la pasada campaña ocurrió lo impensable, cuando, debido a una lesión muscular de Rubén Blanco, tuvo que entrar al terreno de juego (Sergio Álvarez ya llevaba meses tocado), en un partido frente al Atlético de Madrid que terminó con empate. Entonces, encadenaría 9 encuentros consecutivos siendo titular. Hasta que en la octava jornada del presente curso, con su compañero ya recuperado, volvió al banquillo. 

Lo que pocos pensaban es que Blanco volvería a recaer, en este caso, debido a unas molestias en la rodilla después de un choque en el partido frente a la SD Huesca. Es por ello que Villar ha tenido que volver a enfundarse los guantes y  ser de la partida una vez más. 

· Actuaciones destacadas:

En la presente campaña ha disputado 15 partidos en LaLiga, sumando un total de 1239 minutos, en los cuales,  ha demostrado que, a sus 23 años, tiene potencial para crecer y defender el arco vigués por mucho tiempo. Una idea que ha ganado fuerza tras los encuentros, de ayer en San Sebastián y del pasado fin de semana en Cádiz, en los  que el canterano brilló con luz propia, llegando a atajar una pena máxima.

En el futuro veremos si este buen rendimiento le sirve para hacerse con un hueco en el once titular con frecuencia o si, por el contrario, cuando se recuperen sus compañeros de posición, se tendrá que conformar con ver los partidos desde el banquillo.